Francia y Croacia buscan una merecida estrella

15 jul 2018 / 11:03 H.

Las selecciones de Francia, campeona de 1998, y Croacia, inédita finalista, pugnarán esta tarde en el Estadio Luzhnikí de Moscú (17.00 horas) por convertirse en el nuevo rey del mundo del fútbol, en una final en la que la efectividad gala y el modelo combinativo balcánico se enfrentarán en busca de coser la ansiada estrella en su camiseta. Un mes después de comenzar el Mundial en Rusia, una de las favoritas y una invitada inesperada lucharán por el mayor honor del mundo del balompié. Atrás quedaron la vigente campeona, Alemania —en la fase de grupos—, y serias aspirantes como Brasil, Argentina o España, que no pudieron sobrevivir a uno de las Copas del Mundo más frenéticas y emocionantes que se recuerdan.

La corona, que entregará el decepcionante cuadro germano, se quedará en Europa, y pasará a manos de una Francia que ha avanzado con más eficacia que juego o a una Croacia que ha hecho gala de su resistencia balcánica superando tres prórrogas y dos tandas de penaltis. La segunda o la primera estrella esperan brillar sobre el escudo de su camiseta. Solo un día después de su Fiesta Nacional, el día de la toma de la Bastilla, el combinado francés podría asaltar esta vez el trono futbolístico, en el que se sentó una vez y que le fue negado hace doce años. En 1998, tocó la gloria ante Brasil de la mano de Zinédine Zidane al conseguir su primer título en el campeonato que se celebró en su país, cuando jugadores como Mbappé todavía no habían nacido; en 2006, en una final recordada por el cabezazo del exmadridista a Materazzi, Italia les privó de lograr su segunda copa.

Es precisamente el capitán que levantó el trofeo al cielo en Saint-Denis, Didier Deschamps, el hombre que puede devolver la alegría al pueblo francés, que hace dos años, en “su” Eurocopa, veía cómo el portugués Éder impedía que pudiesen celebrar el título. Lejos quedan ya los fracasos, motines y polémicas que han caracterizado a los “bleus” en la última década. Y es que el preparador de Bayona, que en caso de ganar podría igualar a Mário Zagallo y a Franz Beckenbauer como campeón mundial tanto de futbolista como de seleccionador, ha dotado de estabilidad al grupo, que con el paso de los años y a pesar de su juventud ha adquirido una madurez que le permite competir con fiabilidad y confianza. Mientras, Croacia también cuenta con una clara referencia: el equipo que se topó, precisamente, con los “bleus” en semifinales del Mundial de 1998. La derrota por 2-1 no aminoró las esperanzas de aquel combinado integrado por futbolistas como Davor Suker o Robert Prosinecki, que días después conquistó el tercer puesto ante Holanda.