Gladiadores sin recompensa

En la orilla acabó el “olivo mecánico” de jugar las semifinales por el título de Liga. El Magna Navarra lo eliminó en un duelo de titanes del futsal, con dos conjuntos que se dejaron el alma para plantarse en la penúltima eliminatoria. Los gladiadores jiennenses se quedaron sin un premio que reconocía el esfuerzo por situar a la entidad entre las mejores escuadras de España. La Salobreja perdió, cuando más se necesitaba, ese halo mágico de toda la campaña, en la que solo se habían dejado escapar siete puntos. Sus viejas gradas registraron un ambiente espectacular, pero en esta ocasión la “marea amarilla” no valió para superar a un todo un señor equipo como es el Magna, que sabe vivir al límite y al que no se le pueden ofrecer concesiones en defensa y ataque, porque tiene dinamita en su plantilla. Eseverri, Rafa Usín, Erik Martel, Araça o Roberto Martil están avalados por su calidad y experiencia. Aprovechan cualquier resquicio y oportunidad para marcar. Así fue, porque en el intercambio de golpes los navarros salieron victoriosos ante un Jaén Paraíso Interior que no ofreció esa consistencia habitual, pero que recurrió al orgullo y a la casta durante los cuarenta minutos. Los detalles son los que deciden los partidos, las eliminatorias y levantar las copas. Ahí sí estuvo más viva la escuadra que entrena Imanol Arregui, que contó a su favor con algunas decisiones arbitrales. Movió el banquillo para minimizar el desgaste acumulado de los dos encuentros anteriores. Igual hizo Daniel Rodríguez, que en esta ocasión convocó al gaditano Murga. El gol de Eseverri fue respondido de forma inmediata por otro de Solano. Los dos porteros tenían trabajo y los jugadores luchaban cada posesión en el parqué. Un despeje o un lanzamiento era ovacionado por los aficionados. Los desajustes y un despiste pasaron factura cuando la primera mitad estaba casi finalizada. Rafa Usín acompañó una jugada y marcó libre de marca en el segundo palo, aunque la historia de este periodo estuvo escrita por la falta de picardía del Jaén Paraíso Interior. No fue capaz de forzar la sexta falta de su rival, cuando tenía por delante diez minutos para hacerlo. Duro golpe para irse al descanso. Tocaba levantarse y los seguidores sabían que su equipo no se iba a rendir. El comienzo fue negativo y el tercer gol navarro silenció a una Salobreja abarrotada y con gente de pie, aunque Martel decidió con calidad la acción. Javi Alonso mantuvo el tipo con acciones individuales en las que se asoció con Chino. Entre ambos fabricaron el segundo y el tercer tanto amarillo, en dos minutos en los que el Jaén Paraíso Interior reinó en el caos e igualó un partido que tenía casi perdido. Lo empató y parecía que se iba a repetir la historia del viernes —victoria en los penaltis—, aunque el final resultó distinto y dejó sin premio a los jugadores, el cuadro técnico, la junta directiva y la afición. El Magna se recompuso. Sacó petróleo de un fallo local y se vio con fuerzas para mantener la ventaja o incluso ampliarla, porque la capacidad de reacción estaba limitada por el tiempo. Con cinco minutos por delante podía pasar de todo. Rodríguez recurrió a la figura de Mauricio como portero-jugador, pero no sirvió para sorprender a un rival experimentado y acostumbrado a este tipo de ataques. El rival se defendió con orden y cerró las vías de pase y disparos. Martil recogió un balón suelto y sentenció el partido y la eliminatoria con un lanzamiento lejano que entró de forma lenta en una meta que estaba desguarnecida sin portero.

Ahí se acabaron las esperanzas de reacción. Dídac Plana salió también de cinco, pero Eseverri y Usín se multiplicaron para tener un plácido final. El Magna estará por quinta vez en las semifinales y el Jaén Paraíso Interior tendrá que esperar. Tocó el reto con la punta de los dedos. Estar tan cerca motivó la decepción de la familia amarilla. La reacción del público fue impresionante y los jugadores dieron una vuelta de honor para agradecer el apoyo recibido.