“Aún recuerdo aquella sanción sin precedentes”
Una leyenda zaragocista y jiennense que dedicó gran parte de su vida a su pasión, el fútbol
El que fuera jugador y presidente del Real Jaén, Joaquín Cortizo Rosendo, falleció en la capital jiennense a los 85 años tras librar una última y larga batalla contra un cáncer al que no consiguió vencer. El lateral derecho ourensano comenzó su carrera deportiva profesional en el RC Celta, antes de recalar en el Real Zaragoza. Con el cuadro maño, en el que estuvo ocho años, gozó de sus mayores éxitos, ganado dos Copas en 1964 y 1966 y la Copa de Ferias de 1964 en un equipo en el que estaban los “Cinco Magníficos”: Canario, Santos, Marcelino, Villa y Lapetra. Más tarde, ya en su hogar de adopción y tras su carrera como futbolista, cogió el mando del equipo blanco, primero como entrenador y después como presidente, en la directiva de los “Siete Magníficos”.
“Era uno de los nuestros, de los catorce que vivimos todavía. Aunque fuera mayor que yo, aprendí mucho de él y cuando ya cojeaban los ‘Siete Magníficos’ y tuvo que dejarlo me llamó a mí para buscar una solución en aquellos tiempos tan difíciles para el Real Jaén. Me quedé con el equipo en Tercera y fue de nuevo él quien me sustituyó cuando me marché. Realmente hemos sido muy amigos y tengo muchísimas anécdotas sobre él, todavía recuerdo aquella horrorosa sanción cuando estaba en el Zaragoza. A los 25 años de aquel accidente —yo era ya concejal—, me llamaron de la prensa de Aragón para preguntarme si conocía a Joaquín Cortizo, querían hacerle un homenaje de desagravio por aquella acción y fui yo quien le trasladó ese mensaje. Lo he querido muchísimo, fue un gran futbolista, un gran presidente y un gallego enamorado de Jaén, ciudad en la que ha hecho muy buenas acciones”.
“Yo lo conocía porque él fue presidente el año en el que me retiré del fútbol como jugador. Aquella temporada las cosas salieron muy bien, el equipo ascendió y él siempre tuvo un comportamiento muy profesional y muy correcto. El recuerdo que tengo de Joaquín Cortizo como presidente es el de un hombre que cumplió con todas sus obligaciones en una época muy difícil”.
“Recuerdo su periodo como directivo del Real Jaén en los años ochenta, hizo una labor muy buena en el club. Él vino aquí después de una carrera importante en el Celta de Vigo y por supuesto en el Zaragoza. Tras ser uno de los “Cinco Magníficos” llegó a la directiva a la que también se apodó como los “Siete Magníficos”, los que verdaderamente salvaron al equipo en unos años muy malos. Fue un gran empresario en esta tierra, cuando se afincó en Jaén montó su propia empresa de neumáticos y pienso que, durante el tiempo que estuvo vinculado al Real Jaén, fue una persona respetada y muy querida por todos los jiennenses. Tuvo que ser una dura decisión dejar atrás toda esta etapa futbolística”.
“Lo conocí durante mis últimos años en el Real Jaén. Tuve una buena relación con él y, aunque era un hombre serio, hablaba siempre muy claro a todos los jugadores. Era un hombre de fútbol”.
“Este señor era un verdadero entendido de fútbol. En mi etapa como masajista del Real Jaén, lo tuve conmigo como jugador y era un lateral derecho muy bueno, de aquellos grandes que se recuerdan, agresivo, peleón y que tocaba muy bien la pelota. Siempre fue muy respetuoso, conmigo se portaba de forma muy correcta en el vestuario y cuando llegó a la directiva, en la época de Amadeo Pérez, se portó muy bien conmigo personalmente. Nunca me hizo falta nada de material, él era el primero en proporcionar todo al equipo. Ya en su periodo como presidente, yo estaba sacándome el título de entrenador y me dio una ayuda económica para que pudiera también sacarme el curso de quiromasajista. Tengo que estar muy agradecido con él y me dio mucha pena no poder estar en su despedida. Como entrenador tuve en mi equipo a su hijo, pero este no jugaba como el padre, el chaval era un buen lateral, pero Joaquín era uno de esos futbolistas que marcaban épocas”.
“Mi relación con este señor fue mucho más cercana cuando mi sobrina se casó con uno de sus nietos hace un par de años. Pero ¿quién no conoce la historia de Joaquín Cortizo como futbolista en el Zaragoza? Aún recuerdo aquella sanción sin precedentes en el fútbol por una entrada durísima que le rompió la pierna a Enrique Collar, el delantero del Atlético de Madrid. Como gran aficionado del Real Jaén recuerdo el acontecimiento que fue cuando llegó, venía para retirarse aquí. Se asentó en la ciudad, se hizo un gran empresario y estoy convencido de que nos deja un gran hombre que amaba mucho esta tierra. ¡Hablamos de hace cuarenta años!, me encantaba Joaquín como jugador, era un lateral como pocos había, iba a por todas siempre. Tras su carrera como futbolista, fue entrenador, director deportivo y más tarde, presidente. Es el único hombre que ha pasado por el Real Jaén y ha cubierto todos los puestos posibles. Además fue una gran persona, un gallego muy serio —cómo se dicen que son las personas del norte—, pero que en un trato más cercano era muy querido por muchísima gente. Uno de los últimos acontecimientos en el que estuvimos juntos fue en la boda de nuestros familiares y yo me presenté como un admirador suyo en su época y le expliqué nuestro trabajo en la peña”.