Una semana menos

    15 abr 2019 / 12:48 H.

    L os que ya tenemos una edad podemos recordar aquel gesto, entre pícaro, disimulado y pilluelo cuando, en la mili, acababa el día y lanzamos al cielo el gorro, al tiempo que gritábamos aquello de “¡un día menos! Y este aspaviento no resonaba únicamente en esa coyuntura sino que tal expresión es utilizada por todos aquellos que, en una u otra situación, están deseando que pase el tiempo deprisa. Curiosa vivencia la del ser humano que, mientras desea agarrarse a la vida el mayor tiempo posible, de la misma manera desea que determinados momentos se acaben cuanto más pronto mejor. Los que han leído a san Agustín se acordarán de aquella demanda al Señor pidiéndole que le conserve puro... pero, mejor, todavía no. Y en esa zarandaja temporal anda metido el Real Jaén. Un mes más de vida es simplemente un mes: para un chaval joven una minucia; para quien anda ya en las greñas de lo último, algo importante. Cuatro jornadas faltan para que en el grupo en el que juega nuestro equipo termine la temporada convencional y cuatro jornadas para que el Linares y el Real Jaén, el Real Jaén y el Linares consoliden de manera definitiva los puestos primero y segundo de la clasificación convencional. La distancia la sabemos todos de memoria: seis puntos y, en su caso, el golaverage. Y, después, en la promoción de ascenso, que a quien Dios se la dio, san Pedro se la bendiga. Mientras tanto estamos jugando con el tiempo y, aún, queda un ligero resquemor sobre qué pasará. De momento, una semana menos significa un partido menos y un paso de gigante hacia el final. Como en el recuerdo de la mili y la sugerencia honrada, sincera y medio lastimosa de san Agustín. ¡Ay con el tiempo la que tenemos liada los mortales! El filósofo Kant decía que este no sino un esquema conceptual que nos lleva a entender la vida de manera que unas cosas vienen después de otra, pero que el tiempo objetivo, en sí mismo, no tiene sentido. Y ni siquiera existe. Pues eso, una semana menos es para los aficionados del Real Jaén, y también (y por qué no) del Linares, un paso de gusto y satisfacción. Cada uno por lo suyo.