El Real Jaén existe

18 nov 2017 / 09:30 H.

Hay una extraña tendencia entre los equipos andaluces a darse de vez en cuando un paseo por Tercera División. Ocurrió con el Granada, el Córdoba y el Málaga. Ahora el Recreativo de Huelva lleva dos temporadas de galanteo con la Tercera, sin darse cuenta de que esa categoría es como una de esas mujeres fatales del antiguo cine en blanco y negro, con los guantes a la altura del codo y expulsando suavemente el humo del cigarrillo a través de sus poderosos labios rojos, a las que únicamente Humpry Bogart oponía resistencia durante esas madrugadas filmadas con música suave que cortaba la censura. El Real Jaén ha caído este año en Tercera, de donde resulta tan difícil salir como de aquella ocupada Casablanca en la que el piano de Sam sonaba una y otra vez.

Al Real Jaén lo acompaña una melodía triste. Hubo un momento en el que este equipo decidió escribir su historia en minúsculas. Abandonó definitivamente la épica, que es el género literario del fútbol, y la cambió por el drama. Tal vez fue hace unos 40 años, cuando aquel sensacional equipo integrado por Paco Flores, Ángel de los Santos, Machado o Aguinaga, se quedó a un paso del ascenso a Primera. Algo se torció para siempre en aquella primavera desdichada en la que subieron Cádiz, Real Oviedo y Sporting de Gijón, y el Real Jaén, con la misma puntuación, fue cuarto clasificado por el ‘goal average’.

Pero el Real Jaén tiene una historia importante, de conjunto fuerte a final de los años 50, tres temporadas en Primera División, y equipo especialmente temido en el viejo estadio de La Victoria, como hace tres años nos recordaba la extraordinaria revista ‘Lagartos Blancos’, que editaba este periódico. El Real Jaén tuvo un pasado brillante, tiene un presente feo y un futuro incierto.

De todos modos, el Real Jaén sobrevive, viene de jugar contra el Villacarrillo, y se encuentra a sólo un punto de acceder a los puestos de ascenso de categoría. Pasea por estadios de atmósfera costumbrista, donde se vive con pasión el juego del equipo local y se ignora un poco el del visitante. Hace años no era así. En algunos campos había un rencor hiriente. A mediados de los 80, en un Parla-Real Jaén, el público insultó constantemente y buscó humillar al jugador jiennense Higinio Vilches, que había sido canterano y futbolista del Atlético de Madrid, al grito, como mínimo, de “viejo”. El Real Jaén ganó aquel partido (de Segunda B) por 0-3 y Vilches marcó un gran gol.

El actual Real Jaén entrenado por Salva Ballesta es un equipo de cierta solidez en campo propio y volátil en las visitas, con enormes dificultades ante el gol. La clave consiste en adquirir la musculatura suficiente para acometer la fase final de la temporada con energía la aventura del ascenso. Porque el Real Jaén atraviesa uno de esos malos momentos que depara la vida. Ahora lo acompaña la melodía de ‘Casablanca’, que era una música hermosa pero de perdedores. Y en esta larga y difícil travesía hay que acompañar al Real Jaén, recordarlo, y escribir y hablar de él, ahora que los periódicos y las emisoras de fuera de la provincia lo ignoran, porque el Real Jaén juega en una categoría anónima y multitudinaria, por eso hay que insistir constantemente en que el querido, entrañable y lleno de recuerdos Real Jaén Club de Fútbol existe, y que siempre formó discretamente parte de nuestras vidas.