“Las mujeres no podemos dar un paso atrás, porque lo cogen los hombres”

23 ene 2017 / 11:14 H.

Clotilde López Vargas (Cazorla, 1940) nació y se educó en un hogar excepcional. Su padre era maestro, con oposiciones. Fue alumno del insigne Antonio Machado, en Baeza, y, si ya en la época de Cloti, como le gusta que la llamen, eran pocas las mujeres que estudiaban, menos lo hacían en tiempos de su madre y, sin embargo, también era maestra, pero interina. Cloti era la menor de cuatro hermanos y asegura que, en el hogar filial, jamás vio machismos, ni esos llamados micro- que también empiezan a chirriar en la lucha por la igualdad. Sin embargo, lo que no vio de niña y tampoco en una vida conyugal que duró poco, porque enviudó con 34 años, lo sufrió por unas leyes franquistas que sometían a la mujer al capricho del hombre, como otra propiedad más. “Tenía 3 hijos y, a pesar de que era maestra y tenía trabajo oficial, me quitaron la tutela”, explica. Se vio obligada a nombrar a su suegro como su tutor legal. La situación duró tres años, hasta que la Constitución la corrigió. “No me di cuenta de dónde vivíamos hasta ese momento, porque no se podía hacer otra cosa”.

Para que ellos estudiaran, López Vargas solicitó el traslado a Madrid. Pero con la jubilación, en 2005, el municipio en el que recaló con 11 años, en el que creció y en el que viven un hijo y varios nietos, tiró de ella. Regresó a Navas. “Pero, acostumbrada a no parar, ¡cualquiera me tenía encerrada en mi casa!”. Se incorporó a la Asociación Cultural de Mujeres La Stella. En 2006, la eligieron presidenta: “Continué la trayectoria de las anteriores y, con una junta directiva muy buena, fuimos abriéndonos a los pueblos de los alrededores, juntándonos con las demás asociaciones de El Condado”. Cuando, tras 9 años, dejó la presidencia, “La Stella” tenía 179 socias y un músculo que envidian en la comarca. López Vargas explica que las asociaciones de mujeres nacieron para que estas, que tradicionalmente habían estado encerradas en casa, tuvieran un punto de encuentro; que se desarrollaran. “Ahora, los intereses son otros”, admite. Pero advierte: “Hay que seguir luchando por la igualdad. Las mujeres no podemos dar un paso atrás, porque lo cogen los hombres. ¡Y no estoy en contra de ellos, que tengo 3 varones!”.