Una gran vocación de servicio

Gracias a Diario JAÉN por la deferencia que ha tenido al otorgarme este premio, que no voy a decir inmerecido, porque mentiría, y a mí no me gusta mentir”. Esas fueron las primeras palabras de Encarnación Anguita, que fue la primera mujer alcaldesa en la provincia tras las elecciones democráticas de 1979. Porque, recordó, si para ningún político es fácil la gestión, para ella tampoco lo fue por el hecho de ser mujer, puesto que muchos no aceptaban en aquellos años la autoridad de la mujer, e incluso en un primer momento, cuando se presentó porque ningún hombre quería ser cabeza de lista, muchos pensaron que sería una tapadera para mandar por detrás, pero las decisiones las tomaba ella.

Con respecto a su trabajo en aquella época, destacable fueron proyectos de vital importancia, como la mejora del alumbrado público, el cambio de tuberías y desagües y hasta la construcción de un depósito. En definitiva, todo lo que los alcaldes que le precedieron no habían acometido, por lo que hasta 1983 que fue responsable del Ayuntamiento de Frailes, y los cuatro años siguientes como oposición, puesto que se presentó en otra lista independiente, aunque no la encabezaba, mantuvo una dura lucha: “Pero no me arrepiento, porque mi intención al aceptar el cargo fue la de servir. Una actitud de servicio sin esperar ni recibir nada”.

Consciente de que fue pionera, Encarnación Anguita asegura que costó mucho trabajo que otras mujeres siguieran sus pasos y, de hecho, recordó que cuando se cumplieron los 25 años de democracia tan solo había diez mujeres alcaldesas en la provincia. Afortunadamente, destacó que esos porcentajes han cambiado mucho en estos últimos años, aunque todavía queda mucho por hacer.

Su gran satisfacción, reconoció durante la entrega de premios Jaén Mujer, fue ayudar a que su pueblo mejorara, y por ende la vida de sus fraileros: “Con eso yo me siento satisfecha. Y si a eso le sumamos ahora el reconocimiento del periódico con este premio, me puedo sentir más que agradecida”, argumentó.