Un cuarto de siglo de una apuesta imprescindible

Los grupos de desarrollo rural promocionan la diversificación económica y la calidad de vida en los pueblos andaluces con fondos europeos

15 dic 2018 / 11:13 H.

Todas las miradas están puestas en el mundo rural. Si hace dos siglos, los pueblos se fueron quedando vacíos al calor de la industrialización, que arrancó a los campesinos de su tierra para confinarlos en las ciudades, la necesidad de un retorno a todo aquello que lo rural ofrece estaba sobre la mesa antes de que terminara el pasado siglo. El presente y el futuro de los pueblos de toda Europa entró en la agenda política y la herramienta, el instrumento para garantizarlo: los grupos de desarrollo rural. Así, fue, en el contexto del planteamiento de las políticas europeas del Desarrollo Rural en los años 90, cuando surgieron estas entidades para aplicar las inversiones a través de las decisiones de los propios habitantes del medio rural.

Fue precisamente la Comisión Europea la que presentó en 1991 una novedosa iniciativa denominada Leader. En este contexto, un territorio como Andalucía tenía muchos argumentos para trabajar en esta línea: aquí el 90% del territorio se considera rural. Desde la aprobación del Estatuto de Autonomía, conscientes de la situación de sus áreas rurales, por su retraso relativo y por su gran peso, tanto en población como en su superficie, se han llevado a cabo cinco iniciativas Leader.

Así, nació la Asociación para el Desarrollo Rural de Andalucía (ARA), una entidad sin ánimo de lucro, constituida en 1993, para promover un desarrollo territorial integral y sostenible. Esta representa a los 52 Grupos de Desarrollo Rural andaluces —abarcan más de 708 municipios y una población de más de 4,5 millones de habitantes—, que implementan las políticas europeas a través de la metodología del Desarrollo Local Participativo. Estos 52 Grupos de Desarrollo Rural, en su definición más básica, son asociaciones sin ánimo de lucro, en las que participan, además de las administraciones locales, todas las organizaciones empresariales, agrarias y de otros sectores, sindicales, ecologistas, culturales, así como asociaciones de jóvenes y mujeres, entre otros.

Para respaldar su arraigo con más datos, cabe destacar que estos, en toda Andalucía, representan a un centenar de asociaciones de jóvenes y 200 asociaciones de mujeres, más de 700 ayuntamientos junto a las 8 diputaciones provinciales, más 200 cooperativas, organizaciones agrarias, sindicales, entidades bancarias y sindicales, entre otras.

Pero, ¿cómo funcionan? Los grupos de desarrollo rural tienen encomendada la gestión de fondos públicos por la Junta de Andalucía para la ejecución de una estrategia de desarrollo en el territorio que ha sido definida participativamente por su población. Así, gestionan fondos de la Unión Europea y del Gobierno andaluz, con el objetivo de promover la diversificación económica y la creación de empleo, riqueza y calidad de vida en los pueblos rurales andaluces. Asimismo, cuentan con líneas de ayuda para promover proyectos que creen empleo, riqueza y mejoren la calidad de vida de las comarcas. Pero, además de ayudar a emprendedores y emprendedoras, también desarrollan acciones y proyectos que beneficien a los territorios de las Zonas Rurales Leader en las que mejoran y crean infraestructuras y promueven la formación y la información sobre temas específicos que afectan al territorio rural andaluz.

La junta directiva de cada grupo es la que toma las decisiones respecto a la aplicación de estas líneas de ayuda, de manera que son todos los agentes sociales y económicos de un territorio los que marcan el presente y el futuro de los pueblos. Están compuestas por los ciudadanos de la zona rural Leader de cada GDR en representación de los sectores económicos, sociales y organismos públicos de los municipios que integran dicha zona.

Cabe destacar que, en estos veinticinco años políticas, los grupos de desarrollo rural se han convertido en instrumentos claves para impulsar las políticas territoriales y dinamizadores de la actividad económica.

Una provincia eminentemente rural como es Jaén cuenta con 7 de los 52 grupos que operan en Andalucía. Estos son: Sierra de Cazorla, Campiña Norte de Jaén, El Condado de Jaén, La Loma y Las Villas; Sierra Mágina; Sierra de Segura y Sierra Sur.

indispensables. Los GDR son, en palabras de Rodrigo Sánchez de Haro, “colaboradores necesarios” de las administraciones, porque les “acercan las realidades locales y facilitan la toma de decisiones”. Así ensalzó el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, el “papel indispensable” que juegan los Grupos de Desarrollo Rural (GDR) para la sostenibilidad y la innovación de los más de 700 municipios que conforman el mapa rural de la comunidad autónoma andaluza. Lo hizo durante las jornadas con las que la Asociación para el Desarrollo Rural de Andalucía celebró en Osuna (Sevilla) su 25 aniversario. Para reforzar su palabra, Sánchez de Haro ofreció datos que, desde su punto de vista, “certifican esta realidad”. En apenas un año, desde el arranque de la ejecución de las Estrategias de Desarrollo Local, explicó que el departamento que dirige ha recibido más de 3.300 solicitudes de ayudas para proyectos emprendedores y de dinamización social y económica que aspiran a los 72 millones de euros de una primera convocatoria de 2017 que se ha visto reforzada con el lanzamiento, la pasada semana, de otros 58,5 millones de euros correspondientes a la anualidad 2018.

“Ya está, por lo tanto, a disposición de la generación de riqueza y empleo estable en los pueblos andaluces el 72,5 por ciento de los 180 millones de euros estipulados para todo el periodo comunitario para las iniciativas Leader”, según destacó el consejero. “La máquina está en marcha y la ciudadanía, con nuevas expectativas con todo un marco por delante”, subrayó, para remarcar la “efectividad” de unas políticas y una labor vertebradora de los GDR. “Sin ellos nuestra riqueza cultural, económica y social se hubiese visto relegada e, incluso, olvidada”, aseguró, para recordar que la clave está en “conseguir que los recursos endógenos se erijan en motor de desarrollo y generadores de rentas familiares”.

El responsable del Gobierno andaluz enumeró una larga lista de posibilidades, como el turismo rural vinculado a los recursos locales, las nuevas tecnologías para que el medio urbano se acerque al rural o el reaprovechamiento de los residuos orgánicos, con el amplio campo que abre la recién aprobada Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular.

Con la “utilidad demostrada por este modelo en las 52 zonas Leader de Andalucía”, el consejero reivindicó la continuidad de este enfoque en la futura Política Agrícola Común (PAC), incluido en la Declaración Institucional de Andalucía firmada junto a organizaciones representativas del sector, y la acción conjunta y prioritaria de los distintos fondos europeos en el mundo rural “para mantener nuestros pueblos vivos”.

novedades incluidas en 1999

En 1999, se aprobó el nuevo Reglamento de Desarrollo Rural de la Unión Europea que, entre sus novedades más sobresalientes, propugna la incorporación activa de la mujer y de los jóvenes en los procesos de desarrollo rural, como recoge el estudio “Evolución del Desarrollo Rural en Europa y en España”, de Alfredo Tolón y Xavier Lastra. Este reglamento dio paso a la aprobación de los nuevos Proder y Leader+ que introduce, como una de las novedades, el que los grupos puedan trabajar en red a través de fórmulas de cooperación.

evaluación en el año 2003

En noviembre del 2003, se realizó en Salzburgo la Segunda Conferencia Europea

de Desarrollo Rural con la finalidad de evaluar las políticas implementadas y fijar las directrices de las nuevas políticas, como destacan Tolón y Lastra. Se establecieron diferentes objetivos para alcanzar un desarrollo sostenible en zonas rurales como la competitividad, con especial interés en los jóvenes agricultores; la sostenibilidad: enfocado en la seguridad alimentaria, bienestar animal y medio natural; la diversificación, para buscar la innovación y dotar de valor añadido a los productos demandados por los consumidores; la iniciativa comunitaria Leader, como mecanismo de articulación de las organizaciones públicas y privadas y la sociedad civil, y la simplificación, a través de una sola fuente de financiación y controles específicos.

la consolidación de 2007

En el periodo de programación 2007-2013 se establece la consolidación del modelo o enfoque Leader y pasa de ser una iniciativa comunitaria a ser un elemento obligatorio de los programas de desarrollo rural, como apuntan los investigadores en el estudio “Evolución del Desarrollo Rural en Europa y en España”. Dentro del Plan Estratégico Nacional, en aplicación de los Reglamentos y Decisiones de la Comisión, se establecen como objetivos específicos el aprovechamiento de la estructura de los grupos de acción local existentes y de sus asociaciones y la aplicación de la experiencia de los grupos de acción local.