La inteligencia artificial de un pichichi robótico

Lo que no está claro de qué equipo es el robot de marras, porque la mezcla de negros y blancos de su carrocería se encarga de despersonalizarlo, pero de que por las venas electrónicas de este muchacho corre sangre futbolera no cabe la más mínima duda. Es uno de los atractivos de la MWC de Barcelona, ese gran escaparate de telefonía móvil que hace las delicias de millones de personas estos días, casi ajenas —si no fuera por la huelga de transportes y las advertencias de los Mossos— de los conflictos políticos. “¡Goooool del robot!”