A mi abuela, Mama Josefa

18 oct 2018 / 08:00 H.

Cuando la tarde era silencio,

y la sombra cubría al patio,

hilvanaba mama Josefa,

sentimientos a flor de piel.

Entre hilvanes contaba penas,

con un suspiro y un te quiero,

mientras su voz adormecía su vista,

fija, en el falso de la tela.

La parra refrescaba el patio,

de esa casa, llena de grietas,

tan vieja que lloraba penas,

entre hilvanes y pespuntes.

Y la Aguja lloraba con ella,

enhebrándola con viejas historias,

que a ciegas colaba por el agujero,

con hilos que hilvanan años.

El patio olía a romero,

y recuerdos que aún vuelan,

a ciertas primaveras de entonces,

donde duele el alma recordarlas.

Y entre pespuntes moría la tarde,

en ese patio repleto de sentimientos,

envuelto en el naranja del ocaso,

donde se hilvanaba con hilo blanco.