“Su luz nazarena brilla con fuerza en el cielo”

18 abr 2017 / 08:00 H.

Lunes de Pascua. Este es el día en el que, tras pasar una intensa Semana Santa por lo vivido y sentido, he notado la falta de un gran cofrade, en esta su primera Semana Mayor que ha visto desde el balcón del cielo. Luis Escalona Cobo, mi inestimable amigo “Luesco”, nos dejó en los albores del mes de junio del pasado año y su presencia, día a día, en un palco, junto a la tribuna oficial, la hemos echado en falta.

Luis, año tras año, ocupaba ese lugar junto a su familia —a tu esposa e hijas, sí que las vi algún día—, pero no acudió tu gran amigo Pepe Lozano. Pero no he notado tu ausencia solo en carrera oficial, sino en los boletines de muchas cofradías. Tus “Siete lirios al Cristo de la Expiración” en Diario JAÉN y otras colaboraciones en otras publicaciones en las que eras habitual colaborador.

Luis, te he echado mucho de menos, en especial junto a “tu” Virgen de las Lágrimas, y a “tu” Cristo de la Expiración, pero me cuentan que has estado disfrutando junto a ellos en un lugar privilegiado desde donde les has narrado, con tu peculiar tono de voz, cómo se conmemora en Jaén, la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios.

Desde el cielo, Luis ha vuelto a descubrir que su alma sigue irradiando lozanía puesto que, aunque nos dejó con 84 años, cada día amanecía con una sonrisa abierta y la amabilidad era su atuendo. Es más, siempre se mantuvo joven a pesar de las dificultades que tenía para caminar, pero hacía un esfuerzo para estar en actos, cultos o procesiones.

Por ello, la Semana Santa de Jaén, esplendorosa por cómo se ha vivido y por el tiempo que ha reinado, no ha sido lo mismo con tu ausencia, amigo Luesco, porque a un auténtico cristiano cofrade como tú, siempre se le echa en falta.

Sabías que tu vida se estaba apagando, pero siempre te reforzó aquel mensaje que siempre te recordaba y que hice público cuando te presenté como pregonero del Tiempo de Gloria, cuando te dije: “Luis, no te sientas mayor, porque joven no es aquel que tiene pocos años, sino el que encuentra el gozo, cada día, en el juego de la vida”. Para incidir: “Uno es tan joven como su fe y tan viejo como sus dudas”. Luis Escalona fue un gran colaborador de la revista “Paso a Paso” que coordiné en COPE. Él era el que mandaba el primer artículo en pleno verano, en el mes de agosto o incluso antes, para no faltar a la cita anual. Además de su presencia en el mundo cofrade, era un gran aficionado del Real Jaén.

Para la revista de 2015, el 7 de agosto de 2014 recibía su artículo con esta misiva: “Querido Manolo: Igual que el pasado año, te envío el artículo para la revista de la COPE de la Semana Santa. Que no sufras por el Real Jaén. Ese es nuestro signo, sufrir y sufrir y luego bajar a Segunda B. Yo ya no puedo ir. Apenas ando y utilizo el andador o la silla de ruedas. A eso se le añade mis pulmones. Tengo ya el DNI amarillo... y sea lo que ‘mi’ Cristo de la Expiración y ‘mi’ Virgen de las Lágrimas, decidan fecha y hora de estar con ellos. Estoy hecho con un nazareno sin vela. Esa es la vida, lo que va sucediendo, mientras te empeñas en hacer otros planes. Que mis dolores sean una participación de la Pasión de Cristo, para que así también tenga parte de su consuelo. Un abrazo”. Amigo Luis, como me consta que todo lo guardabas, este año, ya lo hizo el año pasado, porque no pudiste acudir a su presentación, mi inseparable y gran amigo, Paco Sierra volverá a llevarte a tu domicilio “Paso a Paso”. Se lo entregará a tu esposa, para que en ese correo especial, muy distinto al que tu tuviste como funcionario de Correos que fuiste, te envíe el número 20 para que lo recibas en el cielo, lo incluyas en tu colección y lo devores como hacías con todas las publicaciones de Semana Santa que en esta época cuaresmal te llegaban. Amigo Luis, tu ausencia se deja notar más de lo hubiéramos pensado cuando estabas entre nosotros, pero ahora es en el cielo donde aportas tu impronta y tu saber religioso y cofrade. Con mi fraternal saludo de “Paz y bien”, un abrazo. Feliz Pascua de Resurrección. Nos vemos.