Tributo al sol bajo un nevazo “para comérselo”

19 feb 2019 / 16:42 H.

Por miles se cuentan los monjes tibetanos que acuden hasta Langmu Lamasery para celebrar la fiesta anual conocida como el Sol de Buda, que por más calorcito que desprende desde su nombre, a la vista está que puede dejar helado a más de uno. No es el caso del pequeño que protagoniza la fotografía; lejos de temerle al tacto del frío, el jovencísimo budista saca su lengua para tentar la “sopa de copos” que envuelve el festival, todo un acontecimiento, cada año, para los múltiples seguidores de esta religión.