Procesión de las Pajaricas

La Cruz de la Misión preside en Campillo de Arenas la fiesta religiosa

06 feb 2019 / 08:40 H.

Ni el mal tiempo ni las bajas temperaturas impidieron que los campilleros celebrasen, un año más, las Pajaricas. Una fiesta emblemática y antiquísima que conmemora la presentación de Jesús en el templo a los cuarenta días.

Los más pequeños, como manda la tradición, portaron en sus manos un hermoso ramo de romero, adornado con coloridos pájaros, que vienen a representar dos tórtolas o palomas, realizados con plastilina y con plumas blancas. Esos peculiares ramos evolucionaron, como todo en la vida, ya que antiguamente eran realizados con masa de harina mezclada con colorantes naturales.

Según manda la tradición, son las abuelas las encargadas de confeccionar estos ramos para que sean bendecidos y procesionar, con los más pequeños de la casa, junto con la Virgen del Rosario. La iglesia de Campillo de Arenas se quedó pequeña para albergar a la chiquillería. Tras la misa, la procesión hizo su recorrido alrededor de la Plaza de Andalucía y se dirigió hacia la residencia de mayores para que los usuarios pudiesen orar ante la imagen de la Virgen. Este año, de forma excepcional, pudieron rendir culto a la Cruz de la Misión Diocesana.