Agricultura crea un grupo de trabajo para impulsar el uso del compost de alperujo

La Administración autonómica apuesta, desde 2002, por el compostaje del alperujo, principal subproducto de la extracción del aceite de oliva en las almazaras andaluzas, para su uso como abono orgánico en el cultivo del olivar. Para potenciar y extender esta práctica,

    30 ene 2012 / 11:56 H.

    la Consejería de Agricultura y Pesca ha constituido un grupo de trabajo para el desarrollo de actividades de transferencia tecnológica dirigidas a dar a conocer la metodología empleada en la producción industrial del compost y los beneficios observados en el suelo tras su aplicación en el olivar.
    El Grupo de Trabajo de Compostaje no solo sirve de punto de encuentro para el intercambio de experiencias, sino que también contribuye a la promoción de las distintas iniciativas que en esta materia se llevan a cabo en la comunidad. Como último fin persigue el desarrollo, en el ámbito andaluz, de una instalación para la producción de compost, cuyo uso se demanda principalmente, en agricultura ecológica. Desde 2002, en que la Junta de Andalucía comenzó su labor de transferencia, se ha constatado un aumento exponencial en el número de almazaras que “compostan” el alperujo. Así, en 2007 se habían producido 5.000 toneladas y en 2009 la cantidad de alperujo “compostado” se multiplicó por 9, hasta alcanzar las 45.000 toneladas.
    La tendencia de producción continúa en aumento, y se estima que para 2012 podrían alcanzarse las 94.000 toneladas (ver gráfica). Además, anualmente, la Administración andaluza realiza convocatorias de subvenciones para respaldar económicamente la construcción de las plantas y la adquisición de maquinaria y equipos.
    El asesoramiento técnico que la Consejería de Agricultura y Pesca ofrece a las almazaras interesadas consiste en proporcionar a cada agroindustria asistencia sobre el “dimensionamiento” de las plantas de compostaje, el cálculo de la mezcla idónea de subproductos orgánicos para “compostar”, la elección del sistema más adecuado y el estudio de la viabilidad económica de la inversión.
    En esa dinámica consultiva se han elaborado documentos técnicos que pueden “descargarse” desde la web de la Consejería de Agricultura y Pesca, además de un manual divulgativo sobre compostaje, que también se encuentra en formato digital. Para la difusión se han celebrado jornadas técnicas, así como visitas a instalaciones que ya incorporan el proceso. Se busca constituir una red de intercambio de experiencias que sirva para crear una base de transferencia de técnicas y resultados.
    Agricultura ecológica
    El manual divulgativo sobre compostaje aporta información acerca de los fundamentos de este proceso; los materiales que es posible “compostar” y cómo deben combinarse; qué factores influyen en el proceso y cómo deben controlarse; en qué forma y con qué dosis debe aplicarse el compost y, finalmente, cuál es la normativa que rige esta actividad. El hecho de que, especialmente, la agricultura ecológica demande compost para ser aplicado en sus cultivos se debe a que uno de sus fines prioritarios es el mantenimiento de la fertilidad del suelo y su actividad biológica, para lo cual se hace necesaria la incorporación de materia orgánica.
    Las grandes cantidades de alperujo que se generan anualmente en Andalucía —en torno a 3 millones de toneladas—, así como la falta de fuentes asequibles de materia orgánica que pueda incorporarse a los suelos de cultivo ha derivado en iniciativas encaminadas a valorizar este subproducto como enmienda orgánica, aprovechando sus propiedades fertilizantes. El uso del compost de alperujo como fuente de nutrientes está especialmente en auge en la olivicultura ecológica en Andalucía, dado que la necesaria restitución al suelo de los elementos que se extraen con la aceituna debe llevarse a cabo sin utilizar abonos químicos. Y la razón de “compostar” el alperujo en lugar de aplicarlo directamente se fundamenta en quitar su fitotoxicidad en suelo, estabilizar la materia orgánica, así como mejorar su manejo y sus propiedades fertilizantes y como enmienda. De esta manera se consigue que un subproducto con problemas potenciales de eliminación que generaba costes añadidos a las almazaras, además de riesgos medioambientales por contaminación, se convierta en una fuente de recursos que aumente la sostenibilidad del sistema de producción del aceite de oliva y cierre el ciclo olivar–almazara.