Decenas de personas buscan en La Iruela a un menor desaparecido

Un amplio dispositivo coordinado por el capitán de la Guardia Civil José Corpas busca sin pausa al adolescente Miguel Serrano, vecino de Montilla (Córdoba). Entre las personas que participan en las tareas se encuentran sus padres, Aurelio Serrano y Encarnación Dobladez, quienes con el menor y sus otros dos hijos descansaban, desde el domingo, en la sierra de Cazorla. Según explica Dobladez, su hijo mide un metro y cuarenta centímetros, es moreno y en el momento de la desaparición llevaba gafas, una camiseta roja de manga corta y un pantalón de chándal de color azul, además de zapatillas deportivas negras.
El suceso, de acuerdo con las fuentes, se desencadenó el jueves por la tarde, cuando el menor se marchó enfadado después de no haber sido aceptado para participar en una actividad recreativa, ya que se dirigió al lugar equivocado. Fue visto por última vez a las cinco y media de la tarde de ese día. En un primer momento, los progenitores y el personal del campin intentaron localizarlo. Al no conseguirlo, en torno a las siete y cuarto se dio la voz de alarma y comenzó el despliegue. En él participan siete patrullas de la Benemérita —dos de ellas del Servicio de Protección de la Naturaleza—, siete del Infoca, guardias forestales, miembros de Protección Civil de Cazorla y perros especialistas en búsqueda en grandes áreas. Los animales incluso hallaron un rastro cerca de la carretera, pero finalmente no se dio con el menor. Igualmente rastrearon los montes decenas de voluntarios, entre ellos vecinos de Montilla. Además, se unen al dispositivo un helicóptero del Instituto Armado y Bomberos procedentes de Guadix (Granada) y Córdoba. Ayer por la tarde llegaron a la zona agentes del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS),  que se centraron en el curso del Guadalquivir, un río que pasa por el lugar y que tiene su nacimiento en las proximidades de esta área.
La desaparición del menor, que continuaba al cierre de esta edición, está considerada de alto riesgo porque tiene síndrome de Down. La Guardia Civil ha establecido una estrategia en la que se peina el entorno en batidas concéntricas cada vez más amplias. Por la noche, las tareas para hallar al menor se restringen a los agentes, quienes circulan con los distintivos luminosos de los vehículos todoterreno encendidos.