Jiennenses del Año 2011.- Juan Espejo: 'Moraleja, quien la sigue, la consigue'

Vídeo.-'Quien la sigue, la consigue' Con esta moraleja henchida de optimismo concluyó Juan Espejo, director de Diario JAEN, el cuento que narró para dar la bienvenida a la Gala de los Jiennenses del Año, en el que expresaba en todo momento cómo los periodistas de esta casa están enamorados de Jaén y suspiran por conquistar otro mañana más feliz si somos capaces de soñarlo entre todos.

    18 jun 2012 / 18:33 H.

     Habló de valores en un tiempo de derrumbes y reconstrucciones que se suceden a marchas forzadas y durante su discurso de bienvenida, en el que agradeció la asistencia y la amistad profesada por tantos lectores e instituciones en la larga andadura del diario más leído en la provincia, apeló a la honestidad y a “la dignidad ganada a base de crueles batallas y duras cicatrices” como estandartes para que “Diario JAEN siga siendo un velero que navegue libre en este mar de olivos”. 
    Esa libertad tan necesitada y laureada centró parte de su bienvenida en todos sus aspectos. Habló de espontaneidad, la reacción más libre e inmediata de los periodistas, fruto de la cual se cometen errores por los que pidió perdón, pero cualidad que exaltó como herramienta permanente de trabajo. “Un periódico fresco y con pellizco es un periódico de futuro”, insistió el director de Diario JAEN. “Nuestros errores diarios son nuestros pecados y nos duelen a rabiar” reconoció, pero apuntó a que quizás el mayor de los pecados del rotativo que preside sea amar a su tierra y ese amor es precisamente lo que empuja a Diario JAEN a reivindicar su pasado, luchar por su presente y creer en su futuro.
    Habló de superación: “El salto de Jaén en la historia es tal que por décadas podemos contar siglos”. Se refirió a la lucha como marchamo de esta sociedad: “¡Claro que carecemos de cosas! Y debemos reclamarlas siempre con altavoz. Los periodistas, los primeros. Aunque pequen de incordio con la autoridad competente”. Y de indiferencia absoluta frente a los que solo critican y nada hacen: “O solo nos preocupamos de lo que dicen o nos ponemos a hacer las cosas con independencia de lo que digan de nosotros. Muchas cosas, cuantas más mejor, aunque nos equivoquemos y con ello, pequemos de nuevo”.  Juan Espejo insitió en extrapolar la iniciativa, el brío y la superación de los premiados como Jiennenses del Año al resto de la ciudadanía: “Este es el momento de construir Jaén a mayor velocidad, tratando de no distraernos con ese concierto permanente y aburridísimo de cotilleos que suele haber alrededor de cada esquina, de cada corrillo, más si cabe contra los buenos, los que hacen sin pedir nada. Es más, contra aquellos que sin decir siquiera están haciendo algo y se crecen ante la adversidad de los tiempos. Tiempos duros, como los que vivimos, sufrimos y padecemos”. Y puntualizó refiriéndose al mismo periódico: “Con todo el dolor del corazón por los compañeros que ahora se sacrifican para que sigamos adelante”.
    “Así las cosas, haya crisis, tengamos problemas con las hipotecas, veamos sufrir a nuestros amigos en la lista del paro -subrayó Juan Espejo-, no se olviden nunca que el pecado principal de todos cuantos estamos aquí ha sido, y es, querer mucho a esta tierra. Y el mío, quizá quererla como si fuese mía, cuando no era mía, es de todos. Les pido perdón, les pedimos perdón, las veces que no estuvimos a su altura y el mismo nombre de Jaén nos impidió ver el resto de ese maravilloso bosque humano que ustedes conforman. No nos lo tengan en cuenta, se lo rogamos, que vamos a seguir por la senda de la verdad con la valentía y la responsabilidad como compañeras inseperables de nuestro trabajo.¡Morimos antes que defraudarles!”, llegó a decir. 
    Ensalzó el valor que para la sociedad tienen los Jiennenses del Año de 2011, “la única y la gran celebración de esta Gala, el tomar el ejemplo de los premiados para que nos den esperanza y aliento con las oportunidades que toda crisis genera”. Y concluía su intervención con un deseo para los presentes en los Jardines del Complejo Juleca: “Que la luna ilumine cada noche sus sueños y el sol alumbre cada día su vida y la de los suyos, que del buen corazón nacen siempre las buenas experiencias. Ese es mi deseo para todos ustedes”. La moraleja del cuento (“Quien la sigue, la consigue”) de esa Jaén querida y soñada con “pícaros lazarillos en forma de puntillosos periodistas” ponía broche a la intervención del director del periódico: “Los cuentos, si se se sueñan y se escriben, son magia pura para, además de existir, disfrutar viviendo”.