Jiennenses del Año 2010.- Juan Espejo: 'Soñamos el periódico, como a Jaén'

La ilusión por hacer un periódico mejor. El deseo de imaginar una provincia mejor. Esas dos ideas vertebraron la intervención del director de Diario JAEN, Juan Espejo, en la entrega de los Premios Jiennenses del Año 2010. Su discurso fue una optimista invitación a soñar despiertos, 'a poner el alma' para hacer un dignísimo periodismo de provincias que aliente la apuesta por Jaén y sus gentes.

    04 abr 2011 / 18:27 H.

     “Desde hace 70 años, estamos con los jiennenses departiendo cada mañana con ellos en todas las trincheras de la vida, sean sociales, deportivas, culturales o económicas y han sido los paisanos del antiguo santuario íbero los que han convertido a este periódico en su vehículo principal de comunicación”. Para Juan Espejo, se trata de “una indudable responsabilidad”: “De ahí —dijo— que el periódico JAEN se sienta permanentemente comprometido con su futuro y con el maletero profesional lleno de honestidad, con una gran carga reverencial de respeto a la sociedad a la que nos debemos y que nos guía, también de valentía en denunciar lo denunciable y sin olvidar nunca que la humildad es la mejor compañera de viaje en este oficio, apostemos ciegamente en el futuro”.


    El director dejó claro que para que un diario tenga alma es necesario soñarlo y que para hacer realidad esa magia de los sueños, hay que dejarse llevar por unas “firmes y potentes convicciones profesionales” que citó una a una: “Cuidamos la credibilidad al límite, el más valioso de los patrimonios de un periódico. Lideramos debates de interés general, sin banderas ni bando. La sociedad civil siempre como faro, que los ciudadanos han de ser protagonistas y promotores de la información. Transmitimos sensaciones y vida, no solo comunicamos y analizamos noticias”, subrayó. “En definitiva, informamos sin sentenciar, que hay que escribir con autoridad pero sin prepotencia ni falsas apariencias, sin dogmatismos”. Después, resumió la idea en lo que supone la máxima fundamental de un periódico apegado a su tierra: “Buscar las historias extraordinarias de los seres ordinarios, de la gente normal y corriente. La que pace y mora en esta tierra maravillosa, sin más miramientos que sacar adelante a su casa, sus hijos y ver crecer Jaén y la gente que ama”. Soñar un diario, como soñar una provincia, “es una ilusión, un gesto, una declaración de amor”, tal y como se encargó de recordar Juan Espejo en su discurso de bienvenida.
    El director de Diario JAEN también analizó en su intervención el panorama por el que transita la Prensa escrita: “Porque con los mundos sin fin que abre internet, el único futuro que tiene la Prensa es que esté bien escrita y en JAEN nos apostamos hace tiempo a la orilla de la calidad y de ella no salimos”. Reconoció, igualmente, que no corren buenos tiempos para el periodismo en general y para la Prensa escrita en particular: “La crisis económica y las autopistas de la información nos tienen sumidos en un continuo debate de futuro, pero ante eso solo cabe una respuesta: más periodismo de calle, más periodismo singularmente cercano”. Y agregó para rematar la idea: “Ese es nuestro lema diario, el del buen servicio a todos los jiennenses”. Fue aquí donde citó al director general Alejandro Mas Ramírez, a quien unas anginas impidieron acudir a la cita, para darle las gracias por su apoyo constante. También tuvo palabras de elogio para la plantilla del periódico en efeméride tan señalada: “Sus trabajadores son inasequibles al desaliento. Creemos firmemente en los principios y volvemos al origen de los tiempos, cuando se creó esta bendita profesión: Para hacer cada día un buen periódico está muy claro que la empresa editora debe estar comprometida con la sociedad a la que se dirige, ha de ser un medio independiente, buen notario de la actualidad, participativo, activo y cercano, en definitiva, que sea un medio útil”.
    El director del periódico felicitó uno por uno a todos los galardonados durante su alocución y manifestó por ellos: “Hoy es un día para soñar despiertos y aplaudir con más ganas a quienes premiamos”, a los que calificó como ejemplos sublimes de personas y entidades que se han sobrepuesto a todas las adversidades para triunfar: “Como ellos —subrayó—, hay que tener en los pies las ganas de caminar, en los ojos, el deseo de mirar y no quedarse prisioneros de un mundo que, a veces, aparenta solo dejarnos sobrevivir”. Fue aquí donde Juan Espejo volvió al hilo argumental de su discurso e invitó a los presentes: “Vivan, sueñen, gocen. Sonrían siempre”, para concluir con un enorme “Gracias de corazón”.