Óscar Quesada: “Mi etapa en el Real Jaén es un regalo”

Cuando cerró su fichaje por el Real Jaén en 2012, Óscar Quesada (Orcera, 1978) afirmó cumplir un sueño. A sus —entonces— 34 años, interpretó la llamada del club de su tierra como el cierre merecido a una carrera que parecía enfilar su recta final. Nada más lejos de la realidad. Cuatro temporadas más tarde, en la 2015/2016, Quesada aumenta el número de vivencias en la entidad, se mantiene como titular indiscutible y oxigena el juego de su equipo con la vitalidad de un juvenil, a pesar de que ahora refleja tres años más en el carné. “Todo lo que me ha pasado aquí es impensable. No seré consciente de lo que he vivido hasta que pase tiempo y lo vea desde otra perspectiva. Mi etapa en el Real Jaén es un regalo”, se sincera el futbolista más veterano de la primera plantilla del Real Jaén, la bisagra que da equilibrio al engranaje táctico de Gonzalo Arconada.

24 oct 2015 / 08:16 H.


El técnico guipuzcoano sigue la estela de sus antecesores, quienes siempre otorgaron a Quesada la batuta de líder. Tras dos primeras jornadas en la suplencia, el centrocampista estrenó titularidad ante el Almería B. Desde entonces no ha soltado el bastón de mando, acumula 615 minutos y suma dos goles en la Liga. “Me costó coger la forma por unos problemas de abductores que me tuvieron parado en la pretemporada. Ahora vuelvo a disfrutar en el campo”, explica el jugador, del que sus compañeros siempre ensalzan una virtud: la profesionalidad. Entre ellos los jóvenes fichajes de esta temporada, quienes coinciden al destacar su cercanía y disposición para facilitar su adaptación al club. “También fui joven y viví lo que ellos ahora. Irte a jugar fuera a un club o una ciudad que no conoces. Cualquier gesto lo agradecías, así que intento hacer lo que hicieron conmigo en su día”, apunta. De hecho, considera que la combinación de veteranía y juventud es una de las claves en el buen arranque de campaña del Real Jaén, octavo y a tres puntos del la promoción. “Tienen hambre y cualidades. Se ha formado un grupo sano en el vestuario”. Con Pablo Ortiz, canterano del club, conforma una sociedad que echa raíces en la medular. “Me entiendo a la perfección con él. Es un futbolista con potencial y calidad. Ya apuntaba maneras cuando entrenaba con el primer equipo”, recuerda, al tiempo que alude al deseo de redención que existe en la plantilla por la derrota encajada en Cartagena. “Fue un palo bastante duro perder en el añadido, pero solo pensamos en ganar y mantener la buena línea en casa con nuestra afición”, dice. Y advierte: “Nos espera un partido difícil, porque el Granada B tiene calidad y poderío físico. Tenemos que frenar su juego de contraataque”.
Precisamente, él conoce la receta para contener al filial nazarí. Fue autor del tercer gol en la victoria de la pasada campaña en La Victoria (3-1). “Ojalá pueda repetir la secuencia”,  bromea Quesada, sempiterno mediocentro que nunca olvidará el día del ascenso ante el Huracán y su debut ante el Villanovense, momentos álgidos de un regalo inesperado.