"Quiero vivir cuarenta años más de la radio"

“Hoy estoy haciendo el programa de radio más importante de mi vida”, subrayó. Se mostró tan encantado con este antes y después que, en una entrevista, se le ocurrió aconsejar al Rey Juan Carlos que se jubilara. “Lo único que dije es que estoy descubriendo momentos que, de haberlos descubierto antes, me hubiera jubilado hace once años”, dijo. Añadió: “Estoy en una nueva vida, ya sin micrófonos, que me permite estas reuniones que hoy —por ayer— compartimos”. E ironizó: “Quiero hacer otros cuarenta años de radio, porque tenemos un pacto el Padre Ángel y yo y aguantaremos hasta los ciento veinte años, con el permiso de los doctores”.
Habló mucho de radio y fue optimista con la crisis que salpica a los medios de comunicación. “Me decía una compañera hace un momento que estaba preocupada por la falta de trabajo. Y yo le digo que no se preocupe, que esa crisis pasará y que el periodismo será lo más importante que pueda encontrar un muchacho o una muchacha que está a punto de salir de la Facultad de Ciencias de la Información”, dijo.
el presentador. Luis del Olmo se detuvo, durante su conferencia, en su presentador. El fundador de Mensajeros de la Paz, que fue protagonista, en otra ocasión, de “Jaén, Nuevo Milenio”, es un amigo especial del periodista desde hace tiempo. Y quedó patente. “Si hace unos años me dijeran, si eres bueno y te portas bien en el mundo del periodismo algún día vendrá el Padre Ángel y te presentará en Jaén, yo diría: ‘No, eso es una exageración, no es posible. Voy a ver si encuentro un Seminario, hago unos cursillos, me hago sacerdote y comparto con el Padre Ángel todas las alegrías, amistades y satisfacciones que tiene este hombre’. Qué honor, qué gran honor, nunca había soñado que podía protagonizar esta mañana con él”.
Solo tuvo parabienes para un hombre que vive entregado a los demás y con el que, ahora, comparte tiempo libre. Lo llamó “Papa Ángel”: “Si yo fuera médico, que no lo soy, cuando llegara a mi consulta un paciente con depresión, con desánimo, sin ganas de vivir, sin objetivo en la vida, afectado por el complejo de que esto no tiene remedio, entonces, en vez de Valium le recetaría una dosis de ‘Padre Angelium’, un extracto de ese incansable entusiasmo que derrocha, y el paciente quedaría curado de su pesimismo depresivo”, declaró. “No es de extrañar que el Vaticano lo considere como un ejemplo a imitar”, señaló. Y llegó a decir: “Escuchando al Papa da la impresión de que su guionista es el Padre Ángel, porque eso es lo que él repite una y otra vez”.
Luis del Olmo comparó su profesión con la del sacerdote y se atrevió a decir, como profesional de la comunicación, que su presentador es uno de los mejores comunicadores. “Su mensaje es muy claro: no quedarse en casa mirándose el ombligo, ayudar y echar una mano”. Por eso, manifestó que su organización se llama Mensajeros de la Paz: “La paz social se soluciona con más solidaridad y, lo más importante, también la interior se soluciona con menos egoísmo. No hace falta ser un gran moralista para darse cuenta de que el egoísmo, además de uno de los mayores pecados, es un error. No se puede vivir siendo uno solo. El ego puro y duro, exclusivo y excluyente, es el absoluto infierno”.
El periodista animó a los presentes a ayudar al prójimo para estar cada vez más cerca de la felicidad. Una felicidad que rozó con sus manos, durante su estancia en la capital, de la mano de este periódico: “Gracias por acercarme a este Jaén de mis amores”. Una tierra que —dijo— “ya pertenece a uno de los pasajes de mi vida”. Rehuyó hablar de crisis, se centró en las cosas importantes, fue optimista con la profesión periodística y se mojó hasta en la última pregunta.

LUIS DEL OLMO TUVO QUE VIVIR CON ESCOLTA Y FUE OBJETIVO DE ETA HASTA OCHO VECES

Tiene claro que su futuro está en pasear por distintos escenarios para relatar sus vivencias y aportar experiencia a las nuevas generaciones del periodismo. Uno de sus relatos, el más escalofriante, lo contó en los desayunos de Diario JAEN. Luis del Olmo fue objetivo de la banda terrorista ETA, el trago más amargo de su historia.
Hablar de su familia le dio pie a relatar el momento más difícil de su vida. Fue largo en el tiempo y le hizo pensar en fijar su residencia en Buenos Aires para huir de la muerte. Luis del Olmo, en uno de sus programas, abrió los micrófonos a la sociedad vasca para que condenaran uno de los asesinatos de ETA. En antena se coló una llamada de Jon Idígoras. Habló, lo insultó y colgó. Al terminar la jornada, el periodista tuvo que empezar a vivir bajo vigilancia las veinticuatro horas del día. “El problema no fue la escolta que me pusieron a mí, sino la que le pusieron a mi mujer y a mis hijos”, dijo, en un coloquio en el que imperó el silencio. Añadió: “Aquellos fueron los momentos más difíciles de mi vida”.
Ocho fueron las ocasiones en las que Luis del Olmo fue objetivo de la banda terrorista. “He tenido mucho miedo”, repitió. Señaló que en una de ellas le salvó un jiennense que considera un amigo de verdad: el juez Baltasar Garzón. “Yo le intenté hacer una entrevista y me propuso que me desplazara de Barcelona a los estudios de Onda Cero de Madrid. Viajé hasta allí y, en medio de la entrevista, saltó una noticia sobre un asesinato justo en la calle donde estaba mi casa. Aquel comando de ETA me estaba esperando que saliera de mi hogar, pero no sabía que había viajado el día anterior. Si yo le hubiera dicho a Garzón que lo dejara, no sé si entonces el comando aquel que encontró al guardia municipal de Barcelona, Juan Miguel Gervilla, me habría matado a mí,”, relató. “Aquellos fueron los momentos más terribles”, dijo.
El veterano locutor radiofónico tiene para escribir un libro sobre terrorismo. Otra anécdota: “Hubo un momento en el que yo estaba en Tarragona, en el Parque de Atracciones, haciendo un programa. Una señora se acercó con lágrimas en los ojos y la atendí al finalizar. Venía a pedirme perdón y le pregunté que por qué. Y me dijo: ‘Yo soy la madre de la terrorista que, junto con su novio, fueron a buscarle a un pueblecito donde usted pasaba los fines de semana. No encontraron a Luis del Olmo, pero sí a una pareja de la Guardia Civil’. Me pidió perdón, como madre. Le dije que qué podía hacer por su hija. Y me dijo que nada, que estaba en el lugar en el que tenía que estar”.
En otra ocasión, al periodista se le ocurrió llamar a los terroristas “hijos de la gran puta”. Y ocurrió lo siguiente: “Me llamó una señora de Bilbao, en esos micrófonos abiertos que había descubierto en una radio que estaba tan cerrada, y me dijo: Bastante desgracia tengo yo con que mi hijo pertenezca a ETA, pero yo no soy una puta y nos ha llamado a todas las madres putas”. Entonces le pidió perdón y nunca volvió a repetir tal expresión.
Luis del Olmo dejó claro, a preguntas de los invitados, que la mejor noticia que le hubiera gustado dar es: “La banda criminal ya es historia, ha entregado las armas y pide perdón”. Sin embargo, señaló: “Me da la impresión de que, tal y como están las cosas, no la voy a poder dar”. Pidió a las víctimas que “aguanten” y les recordó que la sociedad está con ellas. Nadie mejor que él para ponerse en su piel.