Entraron para una hora y se quedaron dos semanas

La lluvia les sorprendió dentro de la cueva
y no pudieron salir

    14 jul 2018 / 11:05 H.

    Los doce chicos y su entrenador de fútbol que fueron rescatados esta semana de una cueva inundada en Tailandia planeaban explorar el complejo de cavernas solo durante alrededor de una hora antes de que el agua subiera por las lluvias y se vieran atrapados durante más de dos semanas, ha contado el padre de uno de ellos. Los menores junto con su entrenador de 25 años fueron rescatados durante una complicada operación que se prolongó durante tres días y que estuvo organizada por los SEAL de la Marina tailandesa y un equipo internacional de expertos en buceo y espeleología que culminó el pasado martes.

    El grupo acudió a la cueva Tham Luang, en la provincia de Chiang Rai (norte), el 23 de junio para una rápida excursión tras un entrenamiento cuando las lluvias inundaron los túneles. “Me dijo que cuando terminaron el entrenamiento fueron a jugar a la cueva. Pensaba que solo estarían una hora”, contó Banpot Korncam, padre del capitán de 13 años de los “Jabalíes salvajes”, a los medios. “Mientras estaban dentro de la cueva llovió, el agua lo inundó todo y se desencadenó todo”.

    Dos buceadores británicos les encontraron el 2 de julio en una zona de una cámara inundada a varios kilómetros en el interior del complejo, nueve días después de su desaparición. Desde ese momento se comenzó la planificación de su rescate, que exigía atravesar varios túneles completamente inundados. Los chicos, de 11 a 16 años, tuvieron que bucear algunas partes del recorrido antes de ser colocados en camillas y transportados a través de los túneles.

    Muchas personas en Tailandia han elogiado al entrenador, Ekkapol Chantawong, más conocido como Ek, por mantener a los niños a salvo durante las dos semanas. “Simplemente se sentaron tranquilos sin hacer nada porque estaba oscuro”, ha dicho Banpot, relatando lo que le ha contado su hijo, que aún sigue hospitalizado.

    “Cuando tenían hambre, el entrenado Ek usaba un flash para alumbrar a las estalactitas encima de sus cabezas”. El grupo sobrevivió bebiendo el agua que goteaba de las estalactitas y de las paredes de la cueva, según los responsables del rescate.