Macron desembarca en el Elíseo

Apela a la renovación democrática de Francia para recuperar el sentido más profundo de justicia y unidad

15 may 2017 / 14:26 H.

Emmanuel Macron, un exbanquero de 39 años, se ha convertido en el presidente más joven de la historia de Francia, tras imponerse a la líder ultraderechista, Marine Le Pen, en la segunda vuelta electoral del 7 de mayo, después de una campaña electoral marcada por la sucesión de escándalos políticos. Macron ha sido proclamado vigésimo quinto presidente de la República de Francia en una solemne ceremonia celebrada en el Salón de Festejos del Palacio del Elíseo por boca del presidente del Consejo Constitucional, Laurent Fabius, que ha confirmado los resultados electorales.

“Este día, domingo 14 de mayo, y en este preciso momento, toma posesión de sus funciones. Nuestras felicitaciones más sinceras”, anunció Fabius que, citando al vizconde de Chateaubriand, le aconsejó: “Para ser un hombre su país debe ser un hombre de su tiempo”. A continuación, el nuevo presidente francés recibió los atributos propios del cargo: la Gran Cruz y el Gran Collar de Gran Maestro de la Orden Nacional de la Legión de Honor, que le entregó el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Benoit Puga.

Macron, en un discurso de investidura de unos diez minutos, que pronunció con gesto serio, se mostró consciente de “la gravedad del cargo” y prometió servir con “honor”, en base al “espíritu de esperanza y de concordia” con el que, según dijo, fue elegido. Recuperando el mensaje central de su campaña, señaló como prioridad la “renovación democrática” de Francia, garantizando que “los ciudadanos tengan voz y sean escuchados” y que “todas las élites” asuman su “responsabilidad” en esta tarea. “Debemos recuperar el sentido profundo, la dignidad de lo que nos une: servir de forma justa y eficaz a nuestro pueblo”, afirmó.

Macron se impone como primera tarea “reconciliar a los franceses”, tras un debate político excesivamente bronco que ha socavado la ya maltrecha imagen de la clase política gala y que ha debilitado especialmente a los partidos tradicionales. “El pueblo francés siempre ha mostrado su espíritu de concordia”, ha recordado. Además, se propone “amplificar todo aquello que haga de Francia un país donde poder vivir sin tener miedo” para devolver a los franceses la “confianza” en su país y en sus instituciones. “Será un trabajo lento y exigente, pero es indispensable”, sostuvo.

En el plano internacional, se propuso convertir a Francia en “ejemplo del mundo” porque aún “sigue siendo una potencia”. “El mundo y Europa, hoy, más que nunca, necesitan a Francia, y necesitan a una Francia fuerte que sepa inventar el futuro. El mundo y Europa necesitan que los franceses demuestren lo que todos juntos hemos aprendido: la valentía de la libertad”,afirmó.

Macron pretende “corregir los excesos del mundo” recuperando las banderas de “la libertad y los derechos del hombre” para “construir una paz verdadera” y, en clave regional, lograr “una Europa más democrática, más política”, para que sirva de “instrumento de nuestra soberanía”. “La Europa que necesitamos debe se refundada, relanzada, para que pueda protegernos”, aseveró. El nuevo presidente, que rindió un breve homenaje a sus antecesores, ha prometido “estar a la altura” de los “desafíos” del momento, tanto dentro como fuera de las fronteras francesas, y no ceder ante “lo fácil”. “Viva Francia”, concluyó.

Una vez concluida la investidura en el Palacio del Elíseo, que duró alrededor de una hora, emprendió la subida por los Campos Elíseos en un camión militar de ACMAT, la filial de Renault para vehículos militares, aunque el acto se retrasó un poco debido a la lluvia. Macron completó el recorrido con un gesto relajado, sonriente, abandonando su semblante serio.