Maduro acude casi en solitario a unas elecciones “cuestionadas”

    20 may 2018 / 10:41 H.

    Nicolás Maduro compite hoy para ganar el que sería su segundo mandato, en unas elecciones presidenciales a las que concurre prácticamente sin rival por el boicot opositor y con un objetivo claro: lograr una contundente victoria que le permita dar carpetazo a la crisis política, aunque también económica y humanitaria, que Venezuela arrastra desde su llegada al poder.

    Maduro irrumpió en el Palacio de Miraflores en 2013 por expreso deseo de Hugo Chávez, que en sus últimos meses de vida le designó como heredero político para evitar lo que anticipaba como una lucha intestina para ocupar su silla. Entonces nadie cuestionó —al menos públicamente— al nuevo presidente, que decía tener línea directa con el Comandante (”se me apareció en forma de pajarito”). Tras apenas un mes de interinidad, legitimó el cargo por la mínima. Maduro se impuso exactamente por 141.358 votos a un Henrique Capriles que, en los comicios de ese 14 de abril de 2013, vio esfumarse la mejor oportunidad que había tenido la oposición venezolana en 14 de años para desahuciar al “chavismo”. Ahí comenzaron las sospechas de fraude. “Quién puede creer que Maduro haya sacado más votos que Chávez?”, cuestionó el líder opositor.