Batalla contra el gluten

Se estima que el uno por ciento de la población jiennense es celíaca, o lo que es lo mismo, padece intolerancia a una proteína o grupo de proteínas,
el gluten. La única terapia que existe es consumir alimentos libres de ella

13 dic 2015 / 15:21 H.

Hace unos años, muchos jiennenses conocieron que existía la enfermedad celíaca. Algunos lo hicieron a raíz de que una madre denunciara que un párroco de la provincia de Jaén se negaba a consagrar hostias sin gluten para que su hijo, alérgico a esa proteína del trigo y de otros cereales de secano, pudiese hacer la Primera Comunión como Dios manda. El asunto puso de manifiesto los problemas con los que se enfrentaba un celíaco católico practicante. Hoy esas “polémicas” no tienen lugar. Lucas bautista, vicepresidente de la Asociación de Personas Celíacas de Jaén (Apeceja), comenta que se llegó a una entente con el Obispado en la que la asociación lo surte de hostias sin gluten y el Obispado las distribuye por la Diócesis. Añade que Apeceja cuenta, en estos momentos, con 400 socios, pero el porcentaje de afectados es mucho más alto.

La asociación jiennense cuenta con un grupo de apoyo que realiza las sesiones una vez al mes, dirigidas por Sara Anguiano Torralba, psicóloga y celíaca. El grupo de apoyo es una reunión de personas celíacas o familiares de estos. El propósito de este grupo es proporcionar apoyo a sus miembros y, de esta manera, permitirles sobrellevar mejor la situación. El presidente de Apeceja, Juan Izquierdo, subraya que la asociación reivindica una mejora del diagnóstico, con la implantación del protocolo de detección precoz de la enfermedad celíaca. El retraso, dice, “puede llegar a provocar que el afectado se convierta en un enfermo crónico”. También hace hincapié en que los productos sin gluten encarecen de forma destacada la cesta de la compra de las familias celíacas, que anualmente llegan a gastarse unos 1.400 euros más que las demás familias sin un enfermo celíaco, ya que la dieta sin gluten, es el único tratamiento del que disponen los celíacos. “Un bollito de pan para mi hijo me cuesta 1,10 euros, por poner un ejemplo. Esto hay familias que no lo pueden soportar”. Por este motivo, Apeceja pide a la Administración pública andaluza que se involucre y otorgue ayudas a los enfermos celíacos para que adquieran productos libres de gluten.

Juan Izquierdo explica que la asociación firmó un convenio con Cáritas para que atienda con alimentos a personas celíacas en riesgo de exclusión social: “Firmamos un acuerdo para dar alimentos a familias que no tienen recursos. También hemos propuesto formar a las personas que trabajan en los comedores sociales para que ofrezcan comidas para celíacos y sepan como manipular los alimentos”. Juan Izquierdo manifiesta que todos los viernes, Apeceja realiza unos talleres de cocina en la Universidad Popular de Jaén para socios y no socios. “Ahora estamos aprendiendo a elaborar un roscón de reyes; los niños se lo pasan bien, a la vez que aprenden y se relacionan con otros niños”.

También resalta las limitaciones sociales con las que se encuentra el colectivo celíaco. Cuando una persona celíaca decide hacer vida social y sale a comer o cenar fuera de su casa, se encuentra con problemas para poder cumplir correctamente con una dieta sin gluten. De ahí que Apeceja haya puesto en marcha el proyecto “Jaén sin gluten”. Con él, pretende crear una red de establecimientos de restauración en Jaén y provincia que faciliten una oferta gastronómica adaptada a las personas con intolerancia al gluten.

La Federación de Asociaciones de Celíacos de España estima que un 75 por ciento de afectados están sin diagnosticar porque ni ellos ni sus médicos saben que son celíacos. El cálculo es que uno de cada cien españoles sufre la enfermedad celíaca, aunque se estima que más de 450.000 personas pueden estar padeciéndola actualmente y solo un 10% está diagnosticado. Esas cifras son aplicables a la provincia de Jaén. Hoy la enfermedad se conoce bien y se estima que la padece el uno por ciento de la población masculina. Esta prevalencia es algo mayor en las mujeres. La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten del trigo, la cebada, el centeno y, probablemente, la avena, que se presenta en personas genéticamente predispuestas. Se caracteriza por una reacción inflamatoria, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de los macro y micro nutrientes. Los síntomas más frecuentes son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento, alteraciones del carácter (como irritabilidad, apatía, introversión, tristeza), dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro resistentes a tratamiento. Sin embargo, tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, lo que dificulta el diagnóstico.

La enfermedad se diagnostica mediante un cuidadoso examen clínico y una analítica de sangre, que incluya los marcadores serológicos de enfermedad celíaca. El conocimiento reciente de diferentes formas clínicas de enfermedad celíaca (clásica, atípica, silente, latente, potencial...), viene a demostrar que no siempre se puede establecer un diagnóstico clínico o funcional de la enfermedad celíaca. Por ello, para tener certeza de que se padece la enfermedad es imprescindible realizar una biopsia intestinal.

Consiste en la extracción de una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si está o no dañado. Para realizar esta prueba es necesario que no se haya retirado el gluten de la dieta. Una vez es diagnosticada, su tratamiento consiste en seguir una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Esto conlleva una normalización clínica y funcional, así como la reparación de la lesión vellositaria.

El celíaco debe basar su dieta en alimentos naturales, tales como legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten, como el arroz y el maíz. Deben evitarse, en la medida de lo posible, los alimentos elaborados y los envasados, ya que en estos es más difícil garantizar la ausencia de gluten.

La ingestión de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, puede causar trastornos importantes y no deseables.

También hay otras enfermedades asociadas a la celíaca que suelen precederla, aunque también pueden manifestarse simultáneamente e incluso después de ella. Los pacientes que las padecen son considerados grupos de riesgo, ya que su asociación se produce con una frecuencia superior a la esperada.

Estas enfermedades son: la dermatitis herpetiforme, diabetes mellitus tipo I, déficit selectivo de IgA, síndrome de Down, enfermedad hepática, enfermedades de tiroides, e intolerancia a la lactosa.