El despegue internacional

La empresa aprovecha la depresión económica para crecer y vender sus productos en 80 países gracias a la búsqueda de nuevos productos que comercializar en mercados que son estratégicos. Ahora, acaba de comprar una fábrica en Miami

07 may 2016 / 20:39 H.

Alvic vive un proceso de despegue en el mundo que la ha convertido en una multinacional del mueble. “Aún recuerdo la reunión que tuvo mi padre, Alejandro Rosales, con la gente de la fábrica. Tiene un carácter muy cercano y quiso explicarle a la gente que había que hacer cosas nuevas porque veía que existía mucha dependencia de la construcción y sabía que esto se iba a acabar. Algunos lo miraban y seguro que pensaban que no era posible. En cambio, él lo vio. Pidió compromiso para defender la fábrica, hacer nuevos productos y buscar mercados. Ahí nos iba el futuro”, afirma Carlos Rosales, miembro del consejo de administración.

“Es un visionario. Siempre piensa en lo que tendremos mañana y no en lo que hay ahora. Además, tiene muy claro que los beneficios se han de reinvertir para contar siempre con las mejores máquinas y productos que nadie hace. A partir de ahí sacamos nuevos productos y comenzamos a exportar. Entonces, vendíamos el 20% de nuestra producción al extranjero. Hoy colocamos el 65% en 80 países”, añade Carlos Rosales.

Alvic acaba de comprar una empresa en Miami (California, EE UU): “No lo hacemos para deslocalizar, sino para producir allí. Estados Unidos es un mercado que ha crecido mucho en estos dos años y pensamos que Alvic no puede depender de un importador, sino que tiene que estar allí. Nos pasa lo mismo en Francia, Turquía, Polonia y Rusia, donde queremos contar con presencia de la firma”, afirma el consejero. “La empresa de Miami es pequeña, pero la vamos a hacer grande”, añade.

Alvic no siempre estuvo en manos de la familia Rosales. El grupo estadounidense Masco Corporation compró la compañía en 1997. “La empresa iba bien, pero la situación familiar no era la más propicia. Por eso, nos desprendimos del negocio. En cambio, pronto nos miramos a la cara y pensamos: ¿y ahora qué hacemos? Pese a que contábamos con un acuerdo de no competencia, le dijimos al grupo que íbamos a poner en marcha una empresa en La Carolina. Haría otros productos y sería colaboradora de Alvic en todo lo que necesitara. Y así nació Faro —Familia Rosales—. En 2003 empezó a funcionar”, recuerda Carlos Rosales. No obstante, los “malos vientos” de la economía global hicieron que la compañía norteamericana decidiera retirar parte de sus inversiones. Por eso, puso a la venta el Grupo Alvic. “Nos llamaron y nos dijeron que si queríamos recuperarla. Y en 2004, volvimos a comprarla. Tiramos hacia adelante en lo que fue una gran reunificación del grupo y especialización de los centros productivos, como el de Alcaudete, La Carolina y los de Barcelona. Luego, vislumbramos la decadencia e hicimos una firme apuesta por nuevos productos y mercados, que nos sirvió para crecer en el mundo. Teníamos claro que la construcción no mantendría el ritmo, lo que iba asociado a la venta de muebles de cocina y de cuarto de baño”, señala Carlos Rosales.

El nuevo proyecto. Quedan pocas semanas para que Alvic inaugure un nuevo centro productivo. Invertirá 8 millones de euros en unas instalaciones que pretenden adaptarse a las nuevas formas de compra, que vienen marcadas por internet. La compañía tiene claro que, igual que aumenta la venta de ropa y calzado “on line”, también subirá la de mobiliario. Por eso, tiene en marcha un plan que permitirá a los clientes diseñar su propio mobiliario. “Se trata de un proyecto muy competitivo y revolucionario porque tenemos muy claro de que el mercado cambiará y Alvic ha de estar siempre a la vanguardia”, afirma Carlos Rosales.

Precisamente, la compañía enfoca su futuro con grandes ejes y mucha vocación exportadora. Los paneles Luxe —alto brillo— son una de sus grandes apuestas. Asimismo, Alvic se proyecta para la fabricación de componentes para muebles de cocina, baño y armarios, así como proyectos de interiorismo y decoración. Por otro lado, se apuesta por los Alvic Center, que son almacenes especializados en la distribución en el mercado nacional de componentes de mobiliario de cocina, baños y armarios. También distribuye herrajes y otro tipo de accesorios.

Faro —la planta de La Carolina— elabora muebles de cocina, baños y armarios, mientras que Ofitres —en Barcelona— produce muebles de oficina y cocinas en “flat-pack” —componentes desmontados— que son muy demandadas por las grandes superficies del bricolaje. Por último, Madetres se dedica a la fabricación, distribución y exposición de cocinas montadas. Prevé facturar 145 millones de euros durante este ejercicio. Sin duda, una obra maestra empresarial de un carpintero jiennense que hace más de 60 años fue a buscar su futuro a Barcelona.

“Es exigente e innovadora”
Antonio Castillo |
Director comercial de Tradema
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El Grupo Tradema es un socio estratégico dentro de la actividad de Alvic. Se trata del principal proveedor de materia prima, ya que cuenta con una importante línea de elaboración de productos derivados de la madera y, concretamente, de tableros de aglomerados. “Alvic es nuestro principal cliente en España y el segundo en la Península Ibérica. Mantenemos relaciones comerciales desde hace 25 años y contamos con una relación mucho más intensa de la que puede tener un cliente con un proveedor”, afirma el director Comercial de Tradema, Antonio Castillo. Asimismo, añade: “Se trata de una industria muy innovadora que, como todas las grandes empresas, tiene un nivel alto de exigencia en innovación, en plazos y en productos. Damos respuesta a sus necesidades de materia prima y su nivel de creatividad te permite estar siempre enfocado hacia el futuro”. El Grupo Tradema tiene una planta de producción en Linares. Allí trabajan 173 personas y se ha convertido con una de las grandes industrias que quedan en esta ciudad, después del cierre de Santana Motor. “Nos vinimos a Jaén porque existían condicionantes interesantes, como mercado para introducir los productos y proximidad a nuestros clientes. Alvic fue una razón de peso, además de la actividad y los pedidos que nos llegaban desde Mancha Real. Tampoco existía un fabricante de peso de tableros de aglomerado en el sur de España”, explica Antonio Castillo. Tradema y Alvic tienen un ritmo coordinado en innovación, investigación y desarrollo de nuevos productos. De hecho, las dos empresas tienen bien claro que el crecimiento ha de ir acompasado dentro de una alianza estratégica que, por el momento, les está ofreciendo unos resultados muy beneficiosos. “Nos gusta trabajar con Alvic y nos sentimos muy honrados de formar parte de sus planes industriales. Se trata de una empresa con mayúsculas a la que conocemos bien. La exigencia que mantiene para dar respuesta a sus necesidades nos hace que proyectemos el futuro con optimismo e ilusión”, afirma el director Comercial del Grupo Tradema. Precisamente, esta compañía es un referente en Europa en la elaboración de productos de madera, ya que es proveedor preferente de buena parte de las grandes compañías del mueble y sus derivados.