Absueltos los dos obreros que mataron 45 murciélagos

La sentencia afirma que no existe intención de acabar con los animales y que no sabían que estaban protegidos

11 oct 2018 / 12:05 H.

Dos currantes que fueron a arreglar una persiana a la Universidad de Jaén se enfrentaban a una pena muy severa. Se les acusaba de matar a 45 murciélagos de herradura —una especie protegida—, por lo que se solicitaba una pena de un año y seis meses de prisión para cada uno y una indemnización de 135.000 euros o, lo que es lo mismo, 3.000 euros por cada bicho que se encontró sin vida. El Juzgado de lo Penal número 3 de Jaén acaba de emitir la sentencia, que resulta absolutoria. Sin duda, dos obreros que iban a limpiar y a reparar una persiana se han librado de un buen castigo.

La magistrada entiende que los dos trabajadores, que estuvieron defendidos por Ciriaco Castro, no tuvieron una voluntad manifiesta de matar a los animales y, en este caso, tal y como dice el refrán, la intención es lo que cuenta y ha sido determinante para que el Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén emitiera una sentencia absolutoria. Precisamente, en la argumentación señala que los operarios fueron a reparar la persiana y ese era su objetivo. Además, argumenta que es posible que tuvieran sospechas de que existiera algún animal, pero, en ocasiones, los cajetines de las persianas son habitados por ratas u otras especies. De ahí que considera que los trabajadores no tuvieron una intención clara de matar los animales. Además, ratifica que tampoco sabían que lo que estaba dentro del cajetín de la persiana fueron murciélagos de herradura ni tenían conocimiento de que se trataba de una especie protegida. Por eso, considera que hay que respetar su presunción de inocencia porque no queda acreditado que tuvieran la intención de acabar con la vida de 45 animales que se encuentran dentro del catálogo de especies protegidas.

“Los acusados no tenían la intención de destruir la especie que estaba anidada en el interior del tambor de la persiana, sino la de proceder únicamente a su limpieza, desconociendo igualmente que en el interior hubiera una especie protegida, pues si bien podían tener sospechas de la existencia de murciélagos, pues dicha posibilidad se recoge en el parte de trabajo, lo que no ha resultado probado es que los acusados tuvieran pleno conocimiento que se trataba de murciélagos de herradura catalogados dentro del listado de especies protegidas”, dice la magistrada, por lo que deja claro que ha de prevalecer la presunción de inocencia de los dos trabajadores.