Acceder a la Universidad será muy parecido a años pasados

De la incertidumbre a la estabilidad. Tras meses de inseguridad entre los institutos por parte de los docentes y los alumnos a la hora de preparar la prueba de acceso a la Universidad, desde la Delegación de Educación y la Universidad, sus responsables aclararon que estos exámenes serán muy parecidos a los que se realizaron en la —ya antigua— Selectividad. Así lo indicaron el rector, Juan Gómez, y la delegada del ramo, Yolanda Caballero, en la jornada informativa que se celebró para los representantes de los centros educativos. “La situación actual es muy parecida a la que se tenía antes de la entrada en vigor de la Lomce, por lo que la prueba de acceso a la Universidad, aunque cambia de nombre según la ley, desde el punto de vista práctico es muy parecida a lo que había”, explicó Gómez, para aclarar que será una prueba final de Bachillerato que, en principio, iba a ser obligatoria para obtener el título y que ya no lo es, gracias la orden ministerial del 23 de diciembre. Asimismo, indicó que, desde el punto de vista organizativo, las universidades y la Consejería trabajan conjuntamente para que, en lo logístico, sea lo más parecido posible a lo anterior. “Aun así, hay novedades como algunas materias que son nuevas”, manifestó.

Sin dejar de reivindicar “un pacto educativo” que blinde lo que se necesita para que no esté sujeto a “eventualidades políticas” — “como ocurrió con la Lomce, que es una ley que nadie quería”—, Yolanda Caballero aseguró que las jornadas celebradas en la Universidad fueron esperadas “como agua de mayo”. “Hemos sufrido meses de bastante incertidumbre, prácticamente sabíamos a lo que nos ateníamos desde el mes de diciembre, cuando las pruebas se realizan en junio”, recordó la titular, para asegurar la “inquietud” vivida en los centros educativos. Asimismo, valoró el papel de los equipos directivos y de los orientadores, que los calificó como “auténticos factores estabilizadores” en la comunidad educativa. Caballero también destacó la coordinación entre la Consejería de Educación y la de Economía y Conocimiento junto con las universidades para lograr que la prueba apenas tenga cambios.