Adorada Virgen del Rosario

Los vecinos de la capital también celebran la conocida festividad con una bella y numerosa procesión

08 oct 2018 / 12:08 H.

El día de la Virgen del Rosario es una festividad celebrada en múltiples lugares de la provincia, y la capital no iba a ser menos. Por ello, a las seis en punto, comenzó a oler a incienso mientras sonaban las campanas de la iglesia Conventual de la Purísima Concepción, lo que vaticinaba que llegaba en gran momento. Minutos después comenzaron a salir mujeres vestidas de mantilla, costaleros y todo un desfile de personas que quisieron acompañar a la imagen, que realizó una salida triunfal de su templo entre aplausos y vivas de los múltiples devotos que la esperaban.

“Estamos muy contentos con el desarrollo de la procesión de este año, puesto que vemos a la gente volcada y hace una tarde estupenda”, comentó visiblemente emocionado el presidente de la cofradía, José Castro. Una cofradía de larga tradición y muchas vivencias que marcan su historia. Como la de su venerada imagen que, como en otros lugares, tras los estragos de la guerra, el retablo y la imagen de Nuestra Señora del Rosario se perdieron. La segunda se adquirió cuando las monjas volvieron después de la contienda al convento de la Concepción. Su gran peso provocó que se pensara en otra posible imagen de las llamadas de candelero. Así fue cómo, en el mes de mayo del año 2003, y guiados siempre de la mano de las madres dominicas, unos cuantos miembros de la junta directiva se desplazaron hacia el Monasterio de Santa María de Gracia de la ciudad de Córdoba, para hacerse con la que actualmente pasean por las calles de Jaén cada 7 de octubre. El niño que la Virgen porta sobre su brazo izquierdo, y juntos lucieron por la capital durante horas.

“Llevamos veinte años desde realizamos la reorganización con las cofradías más antiguas, poco a poco el trabajo de los cofrades ha dado sus resultados y cada vez son más los que conocen nuestra historia y a nuestra querida Virgen”, explicó Castro. Y parece ser que esos esfuerzos han dado gran rendimiento puesto que fueron muchos los que acompañaron y esperaron a la Virgen del Rosario durante su trayecto en el que se incluyeron calles como Pilar de la Imprenta, Bernabé Soriano o Carrera de Jesús. El recorrido dejó imágenes muy especiales, como la de niños con caras embelesadas hacia la Madre, y algunas lágrimas y abrazos entre madres e hijos. Una procesión de larga duración pero en la que no decayó la ilusión y emoción desde su salida, a las seis de la tarde, hasta su vuelta al templo, sobre las once de la noche.

Así acabó la festividad de la Virgen del Rosario, pero como afirma el presidente, José Castro, no con ello las actividades y cultos que realizan desde la cofradía, puesto que son “continuos y en cada uno de ellos volcamos toda nuestra ilusión”.