Al banquillo por la muerte de un niño por meningitis

La familia del menor pide para el médico un castigo de tres años de cárcel

13 feb 2018 / 08:47 H.

Una meningitis vírica acabó con la vida de Miguel Ángel Martos Garrido. Solo tenía 13 años. El niño falleció el 2 de marzo de 2013 en el Hospital Materno Infantil de Jaén como consecuencia de un grave error en el diagnóstico. El médico que atendió al niño confundió la enfermedad con una cefalea y un incipiente estrabismo. Incluso, llegó a recomendar que el niño fuera llevado a un óptico. De hecho, en julio de 2016, la Justicia condenó al SAS a indemnizar a su familia con 143.794 euros porque el fallo que cometió ese doctor retrasó el tratamiento que debía haber recibido el pequeño Miguel Ángel. Cuando se descubrió que sufría meningitis, “la situación ya era irreversible”.

Los padres del niño linarense, con la ayuda de los abogados Alfonso Ramírez y José Luis Vilar, han querido ir más allá y han conseguido sentar en el banquillo de los acusados al doctor que trató a su hijo. Se trata de Taha B. B., que en aquel entonces trabajaba como residente en el Hospital de San Agustín de Linares. La familia pide para él una condena de tres años de cárcel como presunto autor de un delito de homicidio por imprudencia profesional grave. En este caso, la Fiscalía no ha presentado cargos, al no observar indicios de delito en la conducta del médico.

El escrito de acusación provisional hace un recorrido desde que el niño presenta los primeros síntomas hasta que fallece. Fue el 16 de febrero de 2013 cuando Miguel Ángel cayó enfermo. Sufría vómitos y un intenso dolor de cabeza. En el centro de salud Virgen de Linarejos le dijeron que estaba incubando una gastroenteritis aguda y se le prescribió dieta blanda, ibuprofeno y paracetamol. Sin embargo, el niño no mejoró. Todo lo contrario. Su estado fue empeorando progresivamente. Los padres lo llevaron al mismo centro de salud el 28 de febrero, es decir, doce días después de la primera consulta. Era el día de su cumpleaños. Además de los síntomas anteriores, presentaba ya un ojo desviado, visión borrosa, fiebre y “una cierta rigidez cervical” —el signo de que se puede estar ante una meningitis—. Por ello, el pediatra lo derivó al Hospital de San Agustín ese mismo día.

Allí, en Urgencias, fue atendido por el doctor Taha B. B., el que se tiene que sentar en el banquillo, le dio el alta. Tras explorarlo, le diagnosticó cefalea y estrabismo. Apenas 48 horas después, el niño falleció. Por la vía contenciosa, la Justicia determinó que hubo un grave error de diagnóstico y condenó al SAS a indemnizar a la familia con 143.000 euros.

Ahora, los padres también quieren que se condene a tres años de cárcel al doctor Taha B. B. Sostienen que cometió “fallos graves propios de una imprudencia profesional”. Entre otros argumentos, consideran que no consultó con un pediatra o con su médico adjunto, a pesar de que el niño presentaba síntomas evidentes de meningitis: “Asumió responsabilidades que no le correspondían e incurrió en infracción del deber de cuidado”, sostienen en su escrito de acusación provisional, en el que recuerdan que el acusado no dejó ingresado al menor en el Hospital, “con lo que se le privó de diagnóstico, pruebas y tratamiento sanitario, que hubieran evitado la muerte”.

Inicialmente, el Juzgado de Instrucción de Linares archivó esta causa. Esa decisión dio luz verde a continuar con el proceso civil. Posteriormente, la Audiencia ordenó la reapertura del caso al entender que hay indicios de una infracción de la “lex artis”. El juicio se celebrará en marzo.