Caja Rural brinda su apoyo a los arquitectos

La entidad ofrece productos financieros ventajosos, como créditos y un anticipo de honorarios sin intereses

19 mar 2019 / 12:04 H.

La Caja Rural lleva casi dos décadas brindando su apoyo al Colegio de Arquitectos de Jaén. Un respaldo que se materializa con la firma de un convenio de colaboración entre ambas entidades y que ayer fue renovado por el presidente de la entidad financiera, José Luis García-Lomas, y el decano de la institución colegial, Pedro Esteban Cámara Ramos. El acuerdo, que tiene una validez de dos años, recoge distintas líneas de servicios y productos en condiciones preferentes, que dan cobertura a las necesidades bancarias y económicas que demanden los 420 arquitectos jiennenses, así como el propio Colegio y sus empleados.

Este convenio se enmarca en la política de la Caja Rural de Jaén para favorecer el progreso y el desarrollo de la provincia y que pasa por impulsar a colectivos profesionales determinantes, como, en este caso, el Colegio de Arquitectos de Jaén. Además, la cooperativa de crédito de la provincia ha creado una tarjeta exclusiva para los arquitectos jiennenses y mantiene una línea de préstamos —sin intereses— para que los arquitectos cobren sus honorarios y no sufran los retrasos que se pueden generar del compromiso de pago de la empresa para la que han trabajado, lo que ha ayudado mucho en este tiempo a diversos estudios. De ahí que el acuerdo cuenta con una línea exclusivamente financiera que se complementa con apoyo económico para actividades culturales y formativas y, también, con respaldo para los profesionales y los futuros arquitectos para que encuentren las máximas facilidades para incorporarse a la profesión, lo que redundará en actividad económica y desarrollo para la provincia jiennense. De hecho, la “cantera” del Colegio de Arquitectos de Jaén también recibe el respaldo de la Caja Rural de Jaén, ya que una de las cláusulas del convenio ahora renovado sirve para facilitar la incorporación de los jóvenes que han terminado los estudios universitarios, pero que todavía no cuentan con trabajos y, consecuentemente, con una fuente de ingresos para hacer frente a las cuotas.