Condenado por grabar a mujeres en aseos públicos
El hombre reconoce los hechos y acepta una condena de un año y medio de prisión, que no cumplirá
Rafael V. C. se encontraba visiblemente nervioso en la sala de espera de los Juzgados de lo Penal. Apoyado sobre una pared, miraba con insistencia el reloj, mientras hablaba con su abogado. Su juicio, celebrado para las once de la mañana, iba con cierto retraso. Algo que, sin duda, contribuía muy poco a que se tranquilizara. Y es que Rafael V. C. se sentó en el banquillo de los acusados por grabar a mujeres mientras hacían sus necesidades en los baños públicos de un centro comercial de Úbeda. Una de las víctimas los cogió con las manos en la masa y avisó a la Policía. Los agentes que analizaron su teléfono móvil encontraron imágenes íntimas y privadas de varias mujeres. Así que Rafael V. C. tenía escaso margen para defenderse. Por ello, decidió reconocer los hechos y aceptar un castigo de un año y medio de cárcel, justo la mitad de lo que, inicialmente, solicitaba la Fiscalía. De este modo, no tendrá que ingresar en prisión, ya que, al carecer de antecedentes penales, podrá beneficiarse de una suspensión de la condena.
Los hechos ocurrieron el 15 de septiembre de 2014 en un centro comercial de Úbeda. Ese día, una mujer que hacía sus necesidades en los baños se percató de que alguien la estaba espiando y que parecía que la grababa con un teléfono móvil. Rápidamente, dio aviso a los servicios de seguridad del establecimiento que, a su vez, alertaron a la Policía Nacional. Los agentes identificaron al supuesto autor de los hechos, Rafael V. C., al que decomisaron su terminal. En el aparato había diferentes grabaciones de mujeres, efectuadas a lo largo de varios días de aquel verano. Sin embargo, no fue posible identificar a las demás víctimas. Por ello, en el juicio celebrado ayer, la Fiscalía retiró una circunstancia que agravaba aún más la conducta de Rafael V. C. De ser un delito continuado pasó a convertirse en un único hecho. De ahí que el castigo se redujera hasta el año y medio de prisión. El hombre también deberá pagar una multa de 1.200 euros, tal y como estableció la jueza Carmen Carpio, del Penal número 2, en una sentencia dictada “in voce”.