Curiosos en la casa de los íberos

La exposición “La Dama, el Príncipe, el Héroe y la Diosa” empieza con buen pie

13 dic 2017 / 18:09 H.

josé rodríguez cámara

Cuando no eran ni las nueve de la mañana, ya había dos personas que estaban apostadas en la puerta del Museo Íbero de Jaén, en el número 41 del Paseo de la Estación, para conocer el último y más moderno espacio museístico de Andalucía, un centro con vocación internacional por el que la ciudad y la provincia aguardan desde hace veinte años. “Que grande”. La frase se puede poner en boca de todos los que cruzaron la entrada principal, estupefactos ante la amplitud del edificio público que, fruto de una inversión de 26 millones de euros de la Administración autónomica, es la nueva casa de los íberos en la ciudad. Nada que ver, ciertamente, con el espacio dedicado a esta alta cultura mediterránea en el Museo Provincial, situado en la misma vía, a la altura del 29 de la señorial vía jiennense. “¿Qué le debo?”, preguntaba una pareja en el mostrador principal. “Nada señores. Todos los museos de la Junta son gratis”, fue la cortés respuesta recibida, que cosechó un castizo “pues mira que bien”.

1.- con el guía, se entiende todo mejor

Por protocolo y cortesía institucional, los primeros guías del museo fueron los comisarios de la exposición temporal, el director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, Arturo Ruiz, y su homólogo, en el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, Manuel Molinos. A estos dos investigadores les correspondió acompañar en el recorrido por “La Dama, el Príncipe, el Héroe y la Diosa” a Su Majestad el Rey, al resto de autoridades y a los periodistas. A los primeros que cruzaron la puerta ayer, les sirvió de cicerone la directora del centro, Concepción Choclán, como premio a su “madrugón” y, a las doce en punto, ya conforme al cronograma previsto, entró en escena Vicente Barba Colmenero, arqueólogo, con experiencia, por ejemplo, en el yacimiento de Marroquíes Bajos, y contratado, por el momento, como guía de la exposición temporal. “A los visitantes, lo que más le ha llamado la atención es la historia de las piezas en sí, impresionados por cómo se descubren y se conservan después de tantos años”, deja claro el experto que, gajes del oficio, ayer estaba un poco ronco. Todos los que estén interesados en contar con sus servicios, pueden reservar en la recepción del propio centro y en el 666 844 034.

2.- “son los grandes desconocidos”

Acostumbrados a ver documentales de “La 2” sobre los egipcios y ver hazañas de griegos y romanos en películas buenas, regulares y malas, a los jiennenses que cruzaron la puerta giratoria del Museo Íbero, ya de salida, les comenzó a rondar en la cabeza la idea de que los íberos bien merecen, por lo menos, su minuto de gloria televisiva. “Son los grandes desconocidos y no debería de ser así, la Península Ibérica se llama así por esta civilización lo que, ya de por sí, hace necesario que se divulgue y se estudie en profundidad su historia”, reflexionaba, ante la aprobación de su público, el arqueólogo y guía. Este experto demuestra lo que sabe en pases de lunes a sábado, en visitas a las 12:00 y a las 18:00, los domingos, a las 12:00 horas y que, descansa, como todo el personal, los domingos por la tarde. “A través de cuatro personajes, vamos a contar cómo era la vida de esta cultura, de nuestros antepasados”, anunció el maestro de ceremonias.

3.- de Iltirtiiltir a Caelestis, no Khaleesi

Los que estén enganchados a la serie “Juego de Tronos”, incluso los que no hayan sucumbido, sabrán que los bestiajos de los “dothraki” conceden el título de Khaleesi a la esposa de su “khal”, que es su rey. Pues bien, antes que el escritor George R. R. Martin se inventara el personaje en su saga de novelas para, después, hacerse de oro con la adaptación a la pequeña pantalla, los íberos ya habían bautizado a una diosa con un nombre parecido. Se trata de Caelestis, una deidad femenina de la que el que esté interesado podrá conocer más detalles en el Museo Íbero, al igual que todo lo referente a su “amiga”, Betatun, otra mujer con poderes sobrenaturales, a la que adoraban los primeros habitantes “civilizados” de la Piel de Toro. Su nombre aparece en una inscripción encontrada en Fuerte del Rey. “Sabemos que había muchos nombres de diosas y no conocemos ninguno de dioses”, aclara el guía en su recorrido. Sí está más documentada la filiación de los hombres, mortales de carne y hueso, gracias a las muchas y sistemáticas excavaciones en suelo jiennense. Por eso tiene nombre el príncipe que se enterró en Arjona con cráteras griegas, un aristócrata que recibió este tesoro de sus padres. “La nobleza se heredaba entonces, como ahora”, se precisa durante el recorrido de la muestra.

4.- ¿Por qué hay árboles de plástico?

Hasta la “última piedra”, todo es íbero en el museo, desde el tratamiento del hormigón, que recuerda algo a la piedra, tan usada por esta cultura, hasta los árboles que están en el centro del vestíbulo, ejemplares que, aunque sean de plástico, hacen un guiño a esta cultura, puesto que representan encinas, alcornoques y otras especies propias de una provincia como la jiennense que, al menos, por número de yacimientos en su subsuelo, es la más íbera de España. Un detalle en un inmueble espacio de 11.000 metros cuadrados que está pensado como contenedor de piezas espectacular y que está construido con la vocación de estar vivo, siempre lleno de gente que disfrute de talleres, visitas e, incluso, vea cómo se investiga.