Desbordados por las humedades

El moho crece en la sede de “Torre del Concejo” por las numerosas filtraciones

07 mar 2017 / 11:16 H.

En la sede de la Asociación de Vecinos Torre del Concejo, en la Plaza Rosales, del barrio de San Juan, “el agua sale por debajo de las losas”. Las humedades la han colonizado. Hay tantas goteras que, cuando llueve —denuncia la presidenta del colectivo, Ángeles Barranco—, el agua chorrea paredes abajo y hasta se ha formado moho, para temor de la junta directiva y de los padres que llevan a sus hijos pequeños a alguna de las diversas actividades que todas las tardes tienen abierta la sede.

La situación es insostenible. “El curso pasado ya empezamos a quejarnos de las humedades”, cuenta Barranco. Y, poco antes del verano, aprovecharon la visita al barrio de los concejales de Participación Ciudadana, Mantenimiento Urbano y Seguridad Ciudadana, Manuel Heras, Juan José Jódar y Juan Carlos Ruiz, respectivamente, para exponerles la situación. “Pedimos —indica— que se arreglara en verano, porque era la época idónea”, puesto que la actividad decae esos meses. El estío pasó, sin embargo. Y, en septiembre, viendo que el invierno “se echaba encima y no se había arreglado”, entre otras demandas, la asociación reiteró en un escrito al Ayuntamiento la petición para que adecuara la sede.

La plegaria no recibió respuesta y —expone la presidenta de “Torre del Concejo”—: “Los chorreones y las goteras son peores que las del año pasado ¡y eso que ha sido un invierno seco!”. Cuando llueve, como en los días pasados, del suelo, que es de tarima flotante, rezuma agua. “Por abajo, debe haber agua corrompida y por las rajitas sale agua que huele”, indica, mientras advierte de que todo esto está ocurriendo en una sede que todos los días de la semana está llena de vida y de actividades. Sobre el suelo de la sala de entrada, tumban esteras y practican pilates dos días a la semana una docena de mujeres.

Pero también hay numerosos menores que acuden a la asociación a clases de inglés o a la ludoteca, y eso preocupa más, si cabe, a la junta directiva. “Hemos tenido que tirar cuentos infantiles porque estaban llenos de moho. Es tóxico y no podemos permitir que entre en contacto con los niños”, remarca la presidenta de “Torre del Concejo”. La única sala de la asociación que no han alcanzado las humedades es el despacho. “No ha caído aún”, pero en la que acoge la labor de ludoteca, “el curso pasado ya chorreaba el agua por las paredes”, afirma Barranco, que añade: “Es tanta el agua que entra que, cuando llueve, chorrea y se mete debajo de las mesas”.

La actividad en la sede de la asociación del barrio de San Juan es incesante. Su presidenta sostiene que, cada tarde, de lunes a viernes, pueden pasar por ella alrededor de medio centenar de niños. “Van y vienen: unos a inglés, otros al servicio de ludoteca. No todos coinciden”, indica. “Torre del Concejo” lleva en esta “preciosa y amplia” sede de la Plaza Rosales desde el año 2009, cuando se la cedió el Ayuntamiento, y recalca Barranco: “No hemos parado de darle uso”. La presidenta del colectivo urge al Ayuntamiento a intervenir. “Cuando más lo dejen, más subirá el presupuesto para el arreglo, porque no serán solo las goteras. Habrá que pintar, arreglar el suelo...”. Aunque la sede es municipal, la asociación corre con el pago del seguro y se ocupa de su limpieza.