Desesperanza entre los refugiados

El sacerdote Julio Millán acude a campamentos de Grecia y conoce de cerca el problema

15 may 2016 / 11:02 H.

El Pireo fue el puerto de la antigua Atenas y es, en la actualidad, uno de los más importantes de Grecia. Pero la imagen que se ve en el lugar dista mucho de la de hace algo más de un año, y eso lo pudo comprobar, en una visita, el presidente de “Edad Dorada Mensajeros de la Paz Andalucía”, el sacerdote jiennense Julio Millán. La actividad en El Pireo se funde con la de cientos de campañas de refugiados a los que la ONG atiende cada día. “Hay mil trescientas personas, muchos de ellos niños. Les damos comida, ropa y con los menores se trabaja en actividades escolares y lúdicas”, indica, y prosigue: “Luego está Malakasa, una zona militar que han habilitado para los refugiados, lejos de la ciudad. Eso es un centro de detención, ya que allí no pueden salir y solo nos dejan entrar a nosotros para proporcionar alimentación y ropa. Aquí hay unos mil quinientos”.

Y así, la vida sigue desde hace un año. Ciudadanos de Siria, Irak y Afganistán que tuvieron que dejar sus países se enfrentan a una “situación dura”. “Los niños son niños en todos los sitios. Los podemos ver alegres, cariñosos, jugando entre ellos. Pero las familias están aburridas, ya que no pueden hacer nada en todo el día”, relata el sacerdote jiennense. “El miedo que nos da es que la desesperanza y la desesperación provoca situaciones de tensión y altercados entre ellos. A veces saltan chispas por nada”, cuenta.

Millán pasó dos días con los refugiados y está al tanto de la situación que viven estas personas, que han perdido su hogar, su patrimonio y, en muchas ocasiones, a su familia. Pero la solución es lejana en el tiempo. “Es cuestión de voluntad política, que es lo que no hay. Nos duele que los dirigentes no tomen decisiones para acabar con este problema”, lamentó.

estrecha colaboración con remar

Desde que comenzó la conocida como “crisis de los refugiados”, la ONG Remar movilizó a sus voluntarios y misioneros del norte y centro de Europa y abrió varios “puntos calientes” en los que se da a estas personas alimento, ropa y cobijo. La Fundación Mensajeros de la Paz, que dirige el padre Ángel, colabora desde entonces con la ONG.

personas que huyen de la guerra

Mensajeros de la Paz trabaja en coordinación con la organización Remar, de la iglesia evangélica, para ayudar a los refugiados. En cada campamento, según expresa el sacerdote jiennense Julio Millán, hay entre diez o doce voluntarios. Ambos colectivos se vuelcan en rescatar a los que llegan a las costas y huyen del terror de la guerra.