Detenidos por dos atracos a punta de navaja en media hora

Presuntamente, uno de los implicados obligó al otro a cometer los hechos

20 mar 2018 / 08:41 H.

Los policías más antiguos de la Comisaría no recuerdan un episodio tan extraño como el que se vivió en la noche del pasado viernes y que acabó con dos vecinos de la capital en los calabozos, acusados de dos delitos de robo con violencia con la agravante de uso de arma. Presuntamente, ambos intentaron atracar dos establecimientos de la ciudad —una tienda de colchones y un salón de juegos— con apenas media hora de diferencia entre ambos hechos. No lo consiguieron y no se llevaron ni un céntimo. Nada de nada. Los motivos de ese botín inexistente esconden una historia tan sorprendente como rocambolesca.

Uno de los atracadores entró en la tienda de colchones de la Avenida de Andalucía alrededor de las ocho de la tarde. En el interior, la propietaria estaba recogiendo para echar el cierre. El hombre iba armado con un cuchillo de grandes dimensiones. A la dueña le soltó la frase típica de “esto es un atraco”. Además, le dijo que otro hombre lo estaba obligando a hacerlo y que esa persona estaba en la calle, esperándolo. Tras unos primeros momentos de miedo, la mujer demostró tener una sangre fría extraordinaria logró calmar al atracador. Lo tranquilizó y entabló una conversación con él, con la que consiguió que saliera del establecimiento hacia la calle, tal y como confirman las fuentes consultadas. Una vez que el ladrón estaba fuera, ella volvió a entrar a la tienda y, con rapidez, cerró la puerta con llave. A continuación, llamó a la Policía.

Una patrulla que estaba en la zona se personó en el negocio en cuestión de minutos. Los agentes se entrevistaron con la víctima, que les dio una descripción muy detallada del ladrón que entró en la tienda y les contó, también, la presencia de un segundo atracador que no llegó a entrar en el establecimiento. La Comisaría puso en marcha un dispositivo para intentar localizar a los dos autores de los hechos.

Fue, en ese momento, cuando se recibió otro aviso en la Comisaría, por el que se daba cuenta de un atraco a punta de navaja en un salón de juegos de la calle Hermanos Pinzón, ubicada junto al edificio del Banco de España. Está situado a unos cinco minutos a pie de la tienda de colchones. Los alertantes relataban el mismo “modus operandi”: el ladrón entró con un arma blanca y pidió el dinero que hubiera en la caja. Otra patrulla se dirigió a ese negocio y, prácticamente, cogió al atracador con las manos en la masa. De hecho, llegó a tirar el cuchillo al suelo cuando vio a los agentes. El hombre se “derrumbó” y “cantó”. Eso sí, contó una historia extraña a los agentes: explicó que había sido obligado por su compinche a cometer los hechos. Explicó que el otro ladrón lo había tenido retenido en una vivienda y que, incluso, había llegado a amenazarlo con una pistola para que perpetrara los atracos. También dijo que ese hombre lo había estado esperando en los alrededores y que debería seguir por la zona. Con la descripción aportada por los testigos, los agentes consiguieron identificar al segundo atracador, un viejo conocido de la Comisaría con numerosos antecedentes.

Las patrullas realizaron una batida por la zona por la que suele moverse. No tardaron en localizarlo cuando se disponía a entrar en su domicilio. Fue detenido. Ambos pasaron el sábado a disposición judicial, que decretó su puesta en libertad con cargos, a la espera de aclarar esta inverosímil historia.

Amplio despliegue policial

Una vez que la Comisaría recibió el primer aviso por robo, puso en marcha un amplio dispositivo policial, en el que participaron todos los agentes disponibles en la tarde noche del viernes. Cuando llegó la primera patrulla al negocio, se recibió en la sala del 091 una segunda alerta por otro atraco, esta vez en el salón de juegos. El despliegue permitió detener a los presuntos autores.