Discusión mortal por “130 euros”

El detenido por matar a su compañero de casa alega que fue en defensa propia

08 may 2018 / 07:26 H.

Rubén A. N. cogió el teléfono a las cinco y diez de la madrugada y llamó al 061. Avisó de que había habido una pelea en su casa y que su compañero estaba malherido. Dio pocos detalles más. Cuando llegaron los médicos, encontraron en una de las habitaciones el cadáver de Rachid Dohab, un marroquí de 25 años. Su cuerpo sin vida estaba en mitad de un gran charco de sangre. Ya llevaba varias horas muerto. Rubén A. N., nacido en Gandía en 1979, fue detenido por una patrulla de la Policía Local, que fue la primera en llegar al lugar del crimen. Confesó los hechos desde el primer momento y dijo que había matado a su compañero en el fragor de una discusión que resultó trágica y mortal. Eso sí, alegó que lo hizo en defensa propia.

Después, y ya en la Comisaría, explicó que la pelea se produjo varias horas antes —alrededor de la una de la mañana—. Agregó que comenzó a raíz de que Rachid lo acusara de haber cogido dinero de la casa, en concreto, “unos 130 euros”, según confirman fuentes de su defensa. La Policía Nacional investiga la versión ofrecida por el arrestado para poder contrastarla con los resultados que ofrezca la autopsia, que fue realizada ayer por la tarde por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Jaén.

Los hechos se produjeron en la vivienda ubicada en el número 4 de la calle Vicario, en el barrio de San Juan de la capital jiennense. En esa casa, vivían desde enero Rachid Dohab con unos parientes, en concreto dos primas. Hace aproximadamente un mes acogieron a Rubén N. A. en su hogar. “Estaba en la calle porque la que era su novia lo había echado. Habló con nosotros y nos dijo que le realquiláramos una de las habitaciones”, explica uno de estos parientes. “Era una casa en la que entraba y salía mucha gente”, declararon algunos vecinos a la Policía.

En el momento en que se produjeron los hechos, en el inmueble solo estaba Rachid Dohab y el autor confeso del crimen. Es decir, solo ellos dos saben lo que ocurrió en el interior de la casa. Rubén N. A., que cuenta con antecedentes por estafa y delitos contra la propiedad, contó su versión. Desde el primer momento argumentó que mató a su compañero en legítima defensa. Explicó que se inició una discusión debido a que Rachid lo acusaba de la desaparición de un dinero que tenía guardado en la casa. Según siempre el testimonio del detenido, la pelea fue subiendo de tono y, en un momento dado, decidió marcharse de la vivienda. Rubén N. A. contó a los investigadores que el fallecido le dijo que se marcharía pero “con los pies por delante”. Aclaró que lo amenazó con un machete y que, en ese momento, él cogió un cuchillo en la cocina y se lo clavó en el cuello durante un forcejeo.

En principio, hay algunos aspectos de este relato que cuadran, como el hecho de que la Policía Científica recogiera del escenario las dos armas que, supuestamente, utilizaron los contrincantes. Los agentes las están sometiendo a un minucioso análisis para determinar cuál empuñó cada uno. Sin embargo, hay otros factores que resultan más chocantes y que es necesario verificar. El primero es la hora de la muerte. Rubén N. A. asegura que la pelea comenzó alrededor de la una de la madrugada. Sin embargo, no avisó a Emergencias hasta las cinco y cuarto, es decir, más de cuatro horas después. El segundo aspecto es que, a simple vista, el detenido no presentaba ni un solo rasguño ni tampoco rastros de sangre. También extrañó a los investigadores la posición del cadáver, que estaba bocabajo y con los brazos extendidos, una postura poco común cuando se produce un apuñalamiento como el que relató Rubén N. A. Y hay todavía otra circunstancia que la autopsia debe aclarar: cómo se produjo el ataque mortal y por qué lugar del cuerpo de Rachid entró el cuchillo. Como dice el axioma policial, será el cadáver el que “cuente” su versión a través del análisis que le realizaron los médicos del Instituto de Medicina Legal. De momento, todas las hipótesis están abiertas y no hay nada descartado.

El juez del caso, el magistrado Fernando Moral, acudió personalmente al levantamiento del cuerpo e inspeccionó el escenario. Hoy, tendrá sobre la mesa el informe preliminar sobre las circunstancias en las que se produjo el crimen. También contará con el atestado de los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que se hicieron cargo de las pesquisas y que interrogaron a numerosos vecinos y conocidos, tanto del agresor confeso como de la víctima. Los residentes de la calle Vicario contaron a la Policía que escuchaban con frecuencia fuertes discusiones procedentes de la vivienda en la que ocurrieron los hechos y que el trasiego de personas era constante. El pasado 16 de marzo, los agentes registraron esa casa en el marco de una operación antidroga y no encontraron nada de nada. Se sospechaba que la vivienda podría ser utilizada como “narcosala”.

Está previsto que Rubén A. N. sea puesto hoy a disposición judicial. En principio, se le acusa de un delito de homicidio, tal y como confirma un portavoz oficial de la Comisaría. En vista de las pruebas que le presente la Policía, el magistrado Fernando Moral tendrá que decidir si envía a prisión preventiva al autor confeso del crimen. “Mi primo era una bella persona, un hombre muy bueno”, dice un familiar del falledido, aún consternado por lo sucedido: “Solo queremos que se aclare todo y que se haga justicia”, concluye.