Disfrazados para enamorar

La protectora Abyda Jaén celebra su VIII Jornada de Adopción y mejora los datos del año pasado

27 feb 2017 / 11:20 H.

Capas, pañuelos y sombreros. Hasta una corona, alas de hada o globos. Todo se aceptaba para los disfraces y complementos del día de Carnaval. No importaba tener dos o cuatro patas. Con esa idea, la protectora Abyda Jaén organizó la VIII Jornada de Adopción, en el Parque del Bulevar. Más de cuarenta perros y sus dueños temporales —voluntarios y casas de acogida— se reunieron con un claro objetivo: Encontrar un hogar para los “peludos”. Sole Ruiz, una de las organizadoras, se mostró “satisfecha” con el resultado del encuentro. “Esta jornada es muy positiva, porque los perros salen a la calle para disfrutar y es otra forma de darlos a conocer para conseguir su adopción”, contó, y añadió: “No es lo mismo verlos en una foto o en un blog, aunque estén bien identificados con su peso y su tamaño, que verlos en directo, que enamoran más”. De hecho, “hay mucha gente que los sigue por redes sociales y se conocen sus nombres, así que vienen, los buscan y los conocen en persona”. Ruiz destacó que el número de adopciones de 2015 al año pasado aumentó más del doble —casi cien encontraron hogar— y esperan que se vuelva a duplicar.

Los protagonistas indudables fueron los perros. Ruiz fue a la jornada con Apache —disfrazado de Pikachu—, de poco más de un año, mezcla de podenco —que suelen tener fama de nerviosos—, “pero él es muy cariñoso y todavía no ha hecho ningún mal gesto con otros”. La organizadora resaltó la presencia en el parque de varios PPP —perros potencialmente peligrosos—, que llevaban el bozal y la correa correspondientes: “La gente tiene mucho más miedo a la hora de adoptarlos, pero son muy tranquilos”.

Bruc también es mestizo y entra dentro de la categoría de PPP, “pero es lo más bueno que hay”, declaraba Virginia del Árbol, miembro de Abyda. “Lo sacaron de la perrera al refugio y se ha mostrado muy sociable con perros, humanos y otros animales”, dijo. Óliver llegó a la protectora sin chip y fue atacado. “Al principio no se relacionaba mucho con los otros perros, pero desde que Giovanni va todos los días a darle de comer se ha vuelto más manso”. Para Giovanni Murru, voluntario de la perrera, Óliver es su favorito. “Tiene un carácter muy divertido y es genial para gente que quiera hacer deporte. Es un gran compañero”, aseguró. Desde su experiencia, contó lo “triste” que es cuando se satura la perrera. “Obligan a la protectora a sacar algún perro o si no, se sacrifican”. Kaleeshi, con su corona, tiene dos años y es una historia con final feliz. Ana López es miembro de la Abyda y, tras apadrinarla, convenció a sus padres para adoptarla. “Estaba desnutrida cuando la bajó la Policía. Ahora vive con dos perros grandes y otro de raza pequeña. Es muy buena y enérgica”. Un cuento que se busca repetir.