Dos estafadores evitan la cárcel por el retraso de la Justicia

Condena de diez meses de prisión a dos hombres que consiguieron casi 13.000 euros de forma fraudulenta con la clonación de tarjetas

21 jun 2017 / 12:08 H.

El “skimming” es la clonación de tarjetas de crédito. Se trata de una práctica cada vez más peligrosa ya que los avances técnicos juegan a favor del delincuente que, con apenas esfuerzo, consigue vaciar las cuentas corrientes de la víctima. Es lo que ocurrió en mayo de 2011 en la capital jiennense, cuando dos ciudadanos de origen nigeriano lograron defraudar unos 13.000 euros a varios clientes de dos entidades financieras. La Fiscalía presentar cargos contra Elvis O. y Cristopher E., que se han sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia y se han declarado autores de un delito de estafa agravada. Se trata de uno de los primeros juicios de estas características que se han celebrado en la provincia. Finalmente, aceptaron una condena de diez meses y dieciséis días de prisión, pues hubo que aplicarla la atenuante de dilaciones indebidas, es decir, retrasos injustificados en el procedimiento. Y es que la maquinaria judicial ha tardado seis años en dictar la sentencia de este caso. Esta circunstancia ha originado una considerable rebaja en el castigo. Inicialmente, la Fiscalía solicitaba tres años de cárcel y el pago de una multa de 2.160 euros.

Los hechos probados de la resolución recogen que los dos acusados se desplazaron expresamente a Jaén el 18 de mayo de 2011 para perpetrar sus estafas con el método del “skimming”. Para ello, modificaron la documentación de un compatriota y colocaron la fotografía de uno de los acusados, en concreto de Elvis O. Con esa identificación, se personaron en dos entidades financieras diferentes. En ambas abrieron una cuenta corriente a nombre de una persona inexistente y solicitaron un datáfono para, según dijeron, utilizarlo en la gestión de una supuesta agencia de viajes que regentaban en la calle Martínez Molina de Jaén, también inexistente. Las entidades financieras les hicieron entrega del aparato. Al día siguiente, comenzaron a utilizarlo de forma fraudulenta con tarjetas que, previamente, habían sido clonadas sin que sus legítimos propietarios se percataran de ello. Así, en el primer datáfono, realizaron dos operaciones por valor de 1.300 euros. En el segundo, pasaron cinco tarjetas de crédito diferentes y consiguieron un botín de 11.500 euros. Ambos fueron condenados a poco más de diez meses de cárcel por un delito de falsedad en documento mercantil, como medio para cometer una estafa. También tendrán que indemnizar a los dos entidades financieras. [R. A.]