Dos perros peligrosos atacan a un menor

La Policía captura a los animales y trata de identificar a sus propietarios. El adolescente sufre una crisis de ansiedad

23 mar 2018 / 09:10 H.

Once y media de la noche del miércoles. Un chico de 17 años se dispone a salir del garaje de su casa, ubicado en el Bulevar, para entrar en el portal. En ese momento, dos perros que vagan sueltos se abalanzan sobre él. El adolescente se salva milagrosamente. Rápido de reflejos, interpone como parapeto una bicicleta que lleva entre las manos. Sus gritos alertan de lo que estaba pasando a su padre, que también actuó con rapidez para conseguir repeler el ataque. El progenitor cerró la puerta de la cochera y dejó a los dos canes encerrados en el interior.

Inmediatamente, ambos dieron aviso a la Policía Local y a los Servicios Sanitarios del 061 que se personaron en el lugar de los hechos. Afortunadamente, solo se derivaron lesiones de carácter leve en el menor, que tuvo que ser atendido por un ataque de ansiedad derivado de la situación de peligro que había sufrido. Varias patrullas se personaron en la zona donde se produjeron los hechos. En un primer momento, no pudieron capturar a las perros, debido a que pertenecen a unas razas potencialmente peligrosas y presentaban una gran agresividad.

Al existir junto a la vivienda un solar sin edificar pero cerrado, los agentes dispusieron varias vallas metálicas a modo de pasillo entre el garaje y esa parcela. De este modo, consiguieron desalojarlos y encerrarlos en ese lugar, donde estuvieron custodiados toda la madrugada. Ya por la mañana, empleados de la empresa FCC Medio Ambiente, que tiene la concesión de la perrera municipal, capturaron a los animales.

La Policía Local ha abierto diligencias por estos hechos, mientras que el padre del menor expresó su intención de presentar denuncia. Ahora, se trabaja en la identificación de los animales con vistas a la localización de sus dueños. Al margen de las responsabilidades penales, se enfrentan a sanciones administrativas que, en los casos más graves, pueden alcanzar hasta los 30.000 euros. Los dueños de perros peligrosos deben cumplir una estricta normativa.