Ecosur toma impulso por la inserción sociolaboral

Alentada por los recientes cambios normativos, la sociedad Ecosur toma “nuevo impulso” con el deseo de convertirse en un “vehículo de inserción social” al servicio de mujeres que han sido víctimas de la violencia de género. Gestada, en 2011, al amparo de Objetivo Vida (ahora, Avance), Ecosur es una de las “25 empresas” de inserción sociolaboral que existen en Andalucía y la segunda de la provincia, junto a Geserso, que gestiona Macrosad. Es “la más pequeña”. En estos últimos años en los que, como consecuencia de la crisis, las administraciones públicas cortaron el grifo de las ayudas y las dejaron caer con cuentagotas, la sociedad limitada se “ha mantenido en los mínimos (“2-3” trabajadores) para no perder la calificación y estar a la expectativa” de tiempos mejores, confiesa Tomás Gutiérrez. Han trabajado, fundamentalmente, “con el sector privado”, en el ámbito de la limpieza doméstica. “El perfil han sido mujeres en situación de exclusión, en general”, apunta Gutiérrez. Pero parece que esos tiempos mejores ya están aquí y la estrategia se centrará, ahora, sobre las víctimas de violencia de género.

“La Ley de Contratos del Estado establece la obligatoriedad de que las administraciones públicas reserven un cupo en sus contrataciones para empresas de inserción sociolaboral”, explica Gutiérrez. Pero esa cuota está sujeta al arbitrio de cada Administración. “El Ayuntamiento de Madrid ha fijado un 0,5% de la contratación pública; el Principado de Asturias, un 8%; el de Barcelona, un 3%”, ejemplifica el responsable de Ecosur, que asegura que, en el de la capital jiennense, “están trabajando en este asunto”. “A las distintas administraciones con las que hablamos les estamos pidiendo que esas contrataciones se hagan de forma coordinada y en contacto con el sector, con reservas realistas”, señala Gutiérrez.

En una ciudad duramente castigada por el desempleo, como Jaén, la inserción sociolaboral es —para este profesional— “especialmente importante”, y Ecosur pretende ser ese referente”, con itinerarios que se quieren marcar a 3 años y una vigilancia exhaustiva de las condiciones de trabajo de cada persona.