Ejemplo dentro y fuera de la carrera

Voluntarios del Club de Atletismo Quiebrajano limpian la basura generada en la Subida

21 sep 2016 / 10:18 H.

Van ya trece ediciones de la Subida al Quiebrajano. Son casi 14 kilómetros y, esta vez, fueron 600 atletas los que se atrevieron a desafiar todas las adversidades habidas y por haber desde el campo de fútbol del Puente de la Sierra. La Subida al Quiebrajano se ha convertido, con el devenir de los años, en una prueba de referencia en Andalucía y es todo un ejemplo de esfuerzo y de superación. Pero, más allá de la ambiciada llegada a meta o de marcas deportivas, cuando los focos se apagan y las cámaras dejan de grabar, la Subida al Quiebrajano sigue siendo un ejemplo de competición. Y lo es por el comportamiento “ejemplar” que los integrantes del Club de Atletismo homónimo mantienen hacia el medio ambiente y el itinerario por el que discurre la prueba. Cuando todo acaba, el mismo domingo, sus voluntarios hacen una batida por la zona, “de abajo a arriba”, para limpiar el entorno de basura y, al día siguiente, vuelven de nuevo. Es así desde que existe la Subida. “Sale de nosotros. Sabemos que, si lo dejáramos sucio, no nos darían permiso al año siguiente para celebrar la carrera, pero también porque intentamos cuidar el medio ambiente”, indica Felipe Cano, vicepresidente del Club de Atletismo Quiebrajano.

Explica que el domingo “se limpió todo”. De ello se encargó una veintena de voluntarios. “Pero siempre queda algo y volvemos al día siguiente”, añade. Esta vez, no pudo ser el lunes, pero ayer se afanaban en recoger los residuos que aún quedaban fuera de los puestos de habituallameinto. En total, calcula que, el domingo, se recogieron unos 1.500 kilos de basura; ayer, alrededor de 50. Entre los residuos, cuenta que había hasta litros de cerveza y envases de bebidas de todo tipo. “Es un ejemplo a seguir por otras asociaciones que organizan actividades en la naturaleza”, valora el coportavoz de Ecologistas en Acción en Jaén, Javier Ramírez. El activista destaca la deportividad de esta Subida al Quiebrajano dentro y fuera de la competición, “respetando el medio ambiente” en esta limpieza. “Salvo casos excepcionales como este, en el que el club recoge la basura que se genera desde que comenzó la Subida al Quiebrajano, la nota dominante es que la gente no suele limpiar”, lamenta el ecologista. Señala que es la tónica en pruebas deportivas, pero es una realidad que se observa, igualmente, en cualquier salida al campo que realizan familias o grupos de amigos. “Lo vemos en Los Cañones —dice, frustrado—. Gente voluntaria a la que le gusta el monte organiza una jornada de limpieza y, a los pocos días, te vuelves a encontrar la zona sucia por gente incívica que no entiende que el monte es de todos”.