El alcalde abre de nuevo la negociación por el tranvía

Siete años hace que llegó a Jaén la segunda de las unidades móviles del tranvía que, en el mayo siguiente, comenzó a probarse con pasajeros en las calles de la capital. El tren ligero no volvió a circular. El pasado mes de noviembre, se abrió una puerta a la esperanza, un acercamiento de posturas entre el Ayuntamiento y la Junta para asumir el déficit de este medio de transporte, con el concurso de la Diputación. El viernes 26 de enero, todo el entendimiento pareció saltar por los aires, al anunciar el alcalde, Javier Márquez, que no se avanzaría en el trabajo técnico para echar a andar el “lagarto mecánico” sin diálogo político sobre el asunto, pidió un reunión para limar los términos del acuerdo, que incluye que la Administración andaluza, conforme a lo observado por el Tribunal de Cuentas, asuma que el Ayuntamiento pagó de más en la financiación de los vagones y las máquinas y el 50% del proyecto de obra, algo que, la semana anterior había negado el consejero de Fomento, Felipe López. Tras una escalada de crispación y acusaciones mutuas, el contador se pone a cero y comienza el trabajo. ¿Cómo? La solución viene de Sevilla, donde el regidor se reunió con un “alto cargo de la Junta”, del que no se desvela el nombre (versión no confirmada a este periódico), y el líder de Ciudadanos, Juan Marín, que sostiene al Gobierno andaluz con el apoyo de su partido al PSOE de Susana Díaz.

En su paso por la capital regional, el máximo responsable municipal no se entrevistó con Felipe López, a pesar de que su departamento es el que construyó el tranvía.

Salió el alcalde contento, porque, como explicó en un comunicado, hay un “cambio de actitud” del Ejecutivo regional que, y ahí está el quid de la cuestión, “la acerca a las tesis del Ayuntamiento”. La postura del alcalde no es otra que supeditar cualquier convenio para que el tren ligero vuelva a circular a que quede aclarado de que modo se devuelve a las arcas municipales lo pagado de más a la Junta. Se trata de una suma que puede estar en torno a los seis millones de euros y que Márquez propone “pagar en especie”, es decir, con la ejecución de proyectos necesarios para la capital por parte de las distintas consejerías. Uno de ellos es la construcción de la nueva estación de autobuses, dentro del complejo intermodal que el Gobierno local quiere levantar en Vaciacostales, muy cerca de las cocheras del tranvía, a donde también llegarán los trenes. Otro es la pista de atletismo profesional, de ocho calles, y la recuperación de patrimonio para el municipio, como los yacimientos de Marroquíes Bajos y la Plaza de Armas, en Puente Tablas. El compromiso de atender estas peticiones del Ayuntamiento tiene que quedar por escrito, al igual que los términos en lo que circulará de nuevo el tranvía y la aportación de cada una de las tres administraciones que colaborarán a ello, deja claro el alcalde. La idea que baraja es elaborar por un lado el convenio específico sobre el sistema tranviario, al que se incluya una adenda con el resto de puntos relativos a la deuda con la ciudad y como satisfacerla. “Este cambio de actitud de la Junta va a servir para que haya pronto una reunión entre ambas administraciones”, adelantó Márquez que aclaró que salió de él dar el paso para tratar de suavizar posturas.