El Ejército considera héroe a un piloto que bombardeó Jaén
Iniciativa para que se retiren los honores militares al capitán García Morato
Solo hay que consultar la web del Ejército del Aire para leer la biografía del capitán Joaquín García Morato, un militar que, en esta página institucional es definido como “héroe indiscutible”. Se dice sobre él que gozaba de gran simpatía, además de ser un excelente piloto, un buen jefe y un perfecto compañero. El problema, como denuncia Podemos, es que estas alabanzas están dirigidas a un militar sublevado que, durante la Guerra Civil, participó en acciones de dudosa gloria, como el bombardeo a la capital jiennense, del que se cumplieron 80 años el pasado 1 de abril. “¿Qué mérito puede tener esta persona que atacó a una población indefensa?”, se pregunta Miguel Ángel Valdivia, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
García Morato falleció en un accidente el abril de 1939, nada más terminar la contienda nacional, pero logró salir ileso de 56 combates y participó en más de medio millar de servicios de guerra. Le fueron concedidas la Medalla Militar y la Cruz Laureada de San Fernando, la más importante de las condecoraciones que puede recibir un soldado en el Reino de España. Este prestigio no está justificado para un aviador que está relacionado con ataques que costaron la vida, como lamenta la formación morada, “de miles de andaluces”. Y es que, además de formar parte de la escuadrilla que escoltó a los bombarderos que lanzaron 76 proyectiles sobre la capital jiennense, Joaquín García Morato está vinculado con el ataque aéreo sobre Antequera.
El colectivo que preside Valdivia recuerda que conservar este tipo de reconocimientos a militares franquistas contraviene las leyes sobre la memoria histórica andaluza y española y, por ello, ve con bueno ojos que Podemos, con el respaldo de otras fuerzas, reclame al Ministerio de Defensa retire los reconocimientos públicos y corrija el intachable perfil sobre García Morato que aparece en el portal del Ejército del Aire.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica recuerda que, aunque no es el caso de la capital, Joaquín García Morato da nombre a algunas calles, que, con la ley en la mano, deberían de cambiar su denominación. Este piloto, que nació en Melilla, está enterrado en la capilla de la Cofradía de la Misericordia de la capital malagueña, donde llegaron sus restos mortales, tras estrellarse su avión en un pequeño municipio cerca de Madrid.
García Morato estaba al frente de la unidad que custodió a los bombardeos que atacaron Jaén y tenía a sus órdenes a Miguel Guerrero, un jiennense, que, junto a él, participó en la operación. En el libro de Juan Cuevas sobre el ataque de Jaén, se narra como Guerrero, al ver que el objetivo era su ciudad, a punto estuvo de perder el sentido y García Morato tuvo que “ir a por él” para que su avión no se perdiera.