El juez mantiene el secreto de sumario en el crimen de Ángela

La Policía sigue investigando la implicación del detenido hace ahora dos meses

03 sep 2016 / 10:34 H.

El magistrado Fernando Moral, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén, mantiene el secreto de sumario en la investigación del conocido como “crimen de Ángela”. Parecía que la violación y posterior asesinato de esta joven jiennense, ocurrida en la madrugada del 12 de julio de 2011, era un caso cerrado. El presunto autor de los hechos, Raúl G. R., también murió al precipitarse desde un cuarto piso. Se cayó cuando trataba de escapar de los agentes que lo perseguían, que llegaron a la vivienda tras ser avisados por los vecinos. De hecho, la causa se archivó y la Comisaría de Jaén llegó a decir públicamente que no había más implicados. Sin embargo, hace apenas dos meses, la causa dio un vuelco tan radical como sorprendente.

El pasado 30 de junio, es decir, cinco años después de los hechos, la Policía Nacional detuvo a un hombre por su posible relación con lo ocurrido. Tras tomarle declaración, el juez Moral dejó a Octavio S. R. en libertad con cargos, con la obligación de personarse todos los días en el juzgado. Desde entonces, las investigaciones están secretas: “Seguimos mirando cosas”, explica uno de los agentes que está en el caso desde el principio.

La causa se reabrió a raíz de una prueba que se encontró en el escenario del crimen, un piso de la calle Sagrada Familia, el mismo día de los hechos. Se trata de unas braguitas —se desconoce si pertenecen a la víctima— que tenían restos biológicos. Entonces, no hubo manera de identificar al dueño de esos vestigios biológicos. La coincidencia saltó hace unos meses. Octavio S. R. fue fichado en diciembre. Se le abrieron diligencias por, presuntamente, extorsionar a una menor en Guadalajara para que mantuviera relaciones sexuales con él a cambio de no hacer públicas unas fotos íntimas. En el marco de este caso, se le pidió una muestra de ADN, a la que accedió voluntariamente. Fue así como la Policía lo relacionó con el crimen de Ángela.

Octavio S. R. fue uno de los inquilinos que ocupó el piso donde se produjo el crimen justo antes de que la víctima lo alquilara. De origen colombiano y con nacionalidad española, tiene 28 años y trabaja como vigilante de seguridad en Guadalajara. En el domicilio de la calle Sagrada Familia vivió durante unos 15 meses. Inicialmente, fue interrogado y, según las fuentes consultadas, incurrió en algunas “contradicciones”. Dijo que no conocía a Raúl G. R., el presunto autor de los hechos, ni a la propia Ángela. Sin embargo, los agentes tienen indicios de que mintió. Llegó a tener el teléfono intervenido. No obstante, no fue posible implicarlo. El caso se cerró, hasta que se identificó la famosa muestra de ADN. La Policía trabaja con la hipótesis de que Octavio S. R. pudiera facilitarle la entrada al piso a Raúl G. R. dándole una copia de la llave e, incluso, que estuviera allí.

La defensa de Octavio S. R. asegura que tiene coartada. Trabaja para demostrar que, la noche de los hechos, estaba en Guadalajara. Los abogados confían en que pronto se levante el secreto de sumario para saber qué pruebas hay en contra del implicado.