El olivar vale para hacer cerveza

Heineken demuestra que sembrar cebada en los olivares reduce el consumo de agua e incrementa las cosechas

30 mar 2018 / 11:21 H.

El olivar también vale para producir cerveza. Heineken anunció —en 2015— el Proyecto Olivo, que se iba a desarrollar en Jaén. Consistía en sembrar cebada en las fincas olivareras para ver la calidad de este cereal en este contexto y la posibilidad de utilizarla para elaborar su cerveza, cuya marca estrella aquí es Cruzcampo. En realidad, sembrar la cebada es mucho más que tener la cosecha cerca de la fábrica de La Imora, sino intentar obtener otro tipo de rentabilidades. El Proyecto Olivo, que se desarrolla junto al Instituto de Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía (Ifapa) y la Delegación de Agricultura, no solo busca una buena cebada para hacer cerveza, ya que esta se podría conseguir en otras parcelas sin olivo. En realidad, pretende mejorar la propia producción de aceite de oliva en la provincia.

La clave está en incrementar la cosecha también de aceituna, que se conseguiría gracias a los nutrientes que aporta a los árboles la cubierta vegetal que forma la plantación de cebada. Y, si fuera poco, además, ahorrar más agua, ya que el cereal retiene mejor la humedad y evita la erosión que está derivada de la pérdida de suelo. En el inicio del proyecto, técnicos del Ifapa, en colaboración con las Oficinas Comarcales Agrarias (OCA), visitaron parcelas de olivares en Martos, Huelma, Navas de San Juan y Rus con pendientes mayores del 8%, con marco de plantación antiguo, sin cubiertas vegetales y con evidencias de erosión superficial de, al menos, cinco hectáreas. Después de las visitas se seleccionaron parcelas en los municipios de Huelma y Martos. En la finca Cortijo, ubicada en Huelma, se ha realizado la primera cubierta vegetal con cebada en olivar con éxito. Las labores agrícolas de este ensayo se realizaron sobre una superficie de 5 hectáreas y una siembra de cubierta vegetal de cebada de 3.000 metros cuadrados en unos suelos franco-arcillosos.

Se eligió la variedad Planet con una dosis de siembra de 160 kilos por hectárea. No se aportaron herbicidas. Después de analizar los resultados, los expertos señalan que la aptitud cervecera de la cebada sembrada entre olivos es acorde a los requerimientos de calidad de Heineken desde calibre, humedad, pureza varietal e inexistencia de impurezas.

Desde el punto de vista agronómico y medioambiental, a falta de obtener los resultados de la primera cosecha de olivar, se ha obtenido en cultivos de secano producciones y rendimientos cercanos a 1.000 kilos por hectárea junto con los beneficios de la mejora de estructura del suelo, del incremento del porcentaje de materia orgánica, aumento de la infiltración del agua de lluvia, valor protección ante la erosión (retención de suelo) y una puesta en valor del paisaje en el medio rural.

También se demuestra que la cebada como cubierta vegetal reduce la erosión, mejora el balance hídrico del suelo, además del paisaje, y minimiza el impacto del cambio climático. A la vista de los resultados y la potencialidad del proyecto, Heineken España está convencida de que los objetivos de compensación de agua en la cuenca del Guadalquivir van a ser plenamente conseguidos y, con toda probabilidad, más que superados. La cebada es apropiada y los olivos mejoran las cosechas.

Un Balance hídrico en neutro 2020

El 95% de la materia prima que utiliza Heineken es agua, por lo que quiere ser proactiva en la conservación del recurso. Su idea es realizar iniciativas que sirvan para compensar su necesidad, es decir, llegar al 2020 con un balance hídrico neutro. Por un lado, lo quiere lograr reduciendo el consumo de agua en la elaboración de la cerveza (el gasto ya ha caído un 28,5% desde 2008) y con proyectos que sirvan para aprovecharla mejor, como es el Proyecto Olivo en Jaén.

La cubierta vegetal ante la erosión
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La erosión es el principal problema medioambiental del olivar en la Cuenca Mediterránea. Para combatirlo, la implantación de cubiertas vegetales supone una mejora significativa de la capacidad de retención de agua de los suelos. De esta manera, la cebada se convierte en una cubierta vegetal que tiene el potencial de aumentar la productividad, restaurar suelos degradados y mejorar la absorción y retención de agua. Dentro del olivar, es uno de los principales problemas.

Huelma y Navas de San Juan, en la segunda fase del proyecto

La segunda campaña se acaba de iniciar con la siembra, tanto en Huelma como en Navas de San Juan, un municipio que se encuentra más al norte de la provincia, donde se quiere evaluar también los resultados. La finalidad de estos ensayos es identificar buenas prácticas y su viabilidad técnica y económica antes de difundirlas entre los productores para su implementación a gran escala. Heineken España y el Ifapa trabajan en cuatro fincas experimentales para determinar las mejores condiciones. En caso de que los resultados sean exitosos, la implementación requerirá el contacto con productores para la adopción de estas prácticas. Uno de los objetivos pasa por conseguir ingresos adicionales y diversificados para los productores y nuevas oportunidades económicas. El éxito de este proyecto, además de permitir un uso eficiente del agua y una mejora de la biodiversidad, persigue la mejora de la rentabilidad del agricultor, así como el impulso de la economía local. Además, aumenta la capacidad de captura de carbono, calidad del suelo y la biodiversidad.