El precinto del aceite aún se atasca

El 29% de los españoles no sabe que los bares y restaurantes tienen que servir el producto en envases que sean irrellenables

11 ene 2019 / 11:51 H.

La obligación de que las botellas de aceite estuvieran precintadas y fueran irrellenables llegó en enero de 2014. Fue el Real Decreto 895/2013 de 15 de noviembre impulsado por el entonces ministro de Agricultura Miguel Arias Cañete que decía: “En los establecimientos del sector de la hostelería y la restauración y también en catering, los aceites se pondrán a disposición del consumidor final en envases etiquetados y provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización. Los envases que, por su capacidad, se puedan poner a disposición de los consumidores finales más de una vez contarán además de un sistema de protección que impida su reutilización una vez agotado su contenido original”.

Ahora, han pasado ya cinco años desde que entró en vigor la norma —lo hizo en enero de 2014— y una encuesta de Aceites de Oliva de España revela que el precinto del zumo de la aceituna está todavía algo atascado. El informe revela que el grado de cumplimiento, en general, es alto, pero todavía existen algunas lagunas incomprensibles, sobre todo, si se tiene presente que se trata de una obligación legal cuyo incumplimiento conlleva una sanción.

El 29% de los españoles desconoce que el aceite de oliva que le sirven en bares, restaurantes y cafeterías tiene que ir en una botella irrellenable en la que figure la información sobre el producto. De ahí que, si no lo conoce, difícilmente podría reclamarlo. En cambio, los hosteleros sí que lo tienen medianamente claro, ya que el estudio refleja que el 91,5% de los propietarios de estos negocios sí que saben de la norma y de sus particularidades. En cambio, cuando se les explica la norma, la cosa cambia. En este sentido, la encuesta señala que al 78% de los españoles está totalmente o bastante de acuerdo con la medida. En cambio, solo el 57% de los hosteleros piensa igual. Al colectivo de profesionales de bares y restaurantes, más bien, le resulta indiferente. Además, existe un 10% que, directamente, pasa de lo que le digan.

Cumplimento. Solo el 46% de los españoles —menos de la mitad de los consumidores— afirma que siempre le sirven el producto de una manera correcta. El cambio, todavía existe un 24% que asegura que nunca lo hacen de una manera apropiada. Hay un 29,1% que señala que, al menos, una vez sí que encuentran el zumo de la aceituna de una manera apropiada. Esto da una idea de que la alcuza pringosa y anónima todavía resulta bastante difícil de erradicar, pese a que prácticamente nadie consentiría tomar así una copa de ginebra, de whisky o, incluso, de vino. Precisamente, parece que las cafeterías son las que han asimilado algo mejor la norma, ya que los consumidores afirman que en el desayuno es cuando encuentran con más facilidad el aceite de oliva precintado, con envase irrellenable y con el etiquetado. Además, la encuesta también plasma una importante diferencia entre la percepción de los consumidores sobre la presentación del zumo de la aceituna y la respuesta de los hosteleros en relación a lo que hacen con el producto.

Las claves

Más seguridad. La norma favorece la seguridad alimentaria de los consumidores, ya que encuentran el producto embotellado y con la etiqueta con toda la información.

Mejor imagen. Ofrecer el aceite en monodosis o embotellado sirve para aumentar su valoración con vistas a los consumidores.

Oportunidad. La ley aprobada por el Gobierno también constituye una oportunidad para el sector productor, ya que se incrementa la demanda de producto embotellado dentro del país. Sin duda, un nuevo camino para cerrar acuerdos para las almazaras y cooperativas.

Controles. Parte del sector productor demanda más controles por parte de las autoridades para supervisar que los bares y los restaurantes cumplen con las exigencias establecidas.