El precio del aceite resiste un parón en la venta que “huele” raro

Jaén tiene los lampantes más caros del mundo, mientras que vende el extra más barato que Italia, Grecia y Túnez

13 jun 2017 / 11:31 H.

El mercado del aceite de oliva está parado. Existen pocas operaciones de compra y venta en las cooperativas y almazaras jiennenses. Sin embargo, el precio resiste. Aquí, por temor a sanciones o investigaciones de las autoridades de Competencia, nadie quiere pronunciarse. También se mete “quedar mal” con las empresas con las que, tarde o temprano, se han de firmar los contratos de comercialización del zumo de la aceituna. Sin embargo, a los agricultores esta situación les “huele” raro. De hecho, solo hay que dar un paseo por algún municipio jiennense y entablar una conversación con olivareros para palpar un sentimiento. Los agricultores creen que el ritmo de comercialización ha caído porque existe una estrategia por parte de la distribución para empujar el valor del aceite de oliva hacia abajo.

Además, esta creencia se asocia a las informaciones que han llegado por parte de los grandes distribuidores, en las que se afirmaba que el consumo de girasol crecía en España ante el elevado precio del zumo de la aceituna. No obstante, algunos presidentes de cooperativas consultados afirman que el frenazo en el mercado solo obedece al reajuste normal que se ha de producir entre la oferta y la demanda, ya que el ritmo de ventas actual —de mantenerse— haría que en septiembre ya no existiera zumo de aceituna.

Los precios. La cotización del aceite de oliva aguanta. A diferencia de lo que ha ocurrido en otras campañas, en las que se ha visto a un sector productor nervioso y dubitativo con la evolución del mercado capaz de trasladar sus miedos al precio del aceite, ahora existe una férrea defensa del producto. El Observatorio de Precios en Origen de la Fundación del Olivar (Poolred) indica que el extra sale de las fábricas 3,95 euros por kilo. Sin embargo, existe una circunstancia curiosa. Un virgen, que es zumo de aceituna con algún defecto menor, y un lampante, que es aceite después de un proceso de refinado, cuestan lo mismo, es decir, 3,84 euros por kilo.

Fabricantes consultados indican que el mercado español demanda mucho aceite lampante y que la baja producción de esta campaña hace que escasee en las almazaras, por lo que tiene un precio bastante interesante. De hecho, señalan que existen partidas de aceites vírgenes que se han refinado para convertirse en lampantes porque resultan mucho más sencillos de vender a los grandes distribuidores que acuden en busca de producto a las fábricas.

Cotización mundial. Jaén tiene el aceite virgen extra más barato del mundo. Lo vende a 3,95 euros por kilo, mientras que Grecia lo saca al mercado a 4,08; Italia a 5,88, y Túnez, a 4,24. Precisamente, la evolución del precio en los mercados internacionales hace que exista una cierta tranquilidad en los productores y no se produzca una caída de la cotización. Si Jaén tiene producto y además ofrece el precio más competitivo, la venta no es más que una cuestión de tiempo. En cambio, en los vírgenes sí que existe un equilibrio bastante curioso, ya que España comercializa a 3,84; Grecia, a 3,7; e Italia, a 3,99. No obstante, los productores de esta tierra vuelven a ser los más competitivos.

España cuenta con los lampantes más caros, ya que los sirve a 3,84, mientras que Grecia pide 3,39; Italia, 3,33, y Túnez, 3,35. Se debe al mismo motivo por el que se refinan aceites vírgenes, es decir, por la alta demanda que existe de esta calidad, ya que se vende bien en el mercado, pese a que haya hecho que la diferencia entre calidades sea tremendamente ajustada y que todos los caldos se premien con euros.