“Estamos vivas por un milagro”

Ana, Fefi, Antoñita, Capilla y Pepi tardarán mucho en olvidarse de lo que les pasó en la noche del pasado miércoles. Las cinco mujeres regresaban a sus casas después de haber dado un paseo juntas. Se disponían a cruzar el paso de peatones ubicado a la altura del número 15 de la Avenida de Andalucía. Esperaron a que el semáforo se pusiera en verde para comenzar a caminar. Varios vehículos se detuvieron ante ellas. Sin embargo, cuando estaban en mitad de la calzada, vieron aproximarse “a toda velocidad” un coche de color oscuro. “Pensamos que se iba a detener, porque el semáforo estaba en rojo”, relata Ana Serrano, una de las víctimas. Sin embargo, no lo hizo. El coche se llevó por delante a las cinco mujeres y, posteriormente, se dio a la fuga. “Estamos vivas de milagro”, cuenta Ana, la más joven del grupo, con 65 años, y la única que resultó prácticamente ilesa. Fue trasladada al Hospital como consecuencia de una crisis de ansiedad. Peor suerte tuvieron sus compañeras y amigas, que sí resultaron heridas. Una de ellas, Capilla, todavía está ingresada con fracturas en el peroné y en el hombro por las que tendrá que pasar por el quirófano, según explican fuentes sanitarias.

Ana Serrano recuerda que todo ocurrió en cuestión de segundos: “Vimos venir el coche. Cuando me di cuenta de que no se iba a parar me fui hacia el seto. El impacto hizo que mis amigas salieran volando por los aires. Fue terrible”, asegura la mujer, quien tiene claro que el conductor iba a “una velocidad excesiva”. Así lo corroboraron, también, otros testigos que presenciaron el atropello múltiple y, sobre todo, el atestado confeccionado por la Policía Local de Jaén, que midió una huella de frenada de más de 40 metros.

El conductor, identificado como Alejandro S., no se detuvo. Todo lo contrario: “El coche se quedó torcido, en mitad de la calzada. Después, aceleró y se fue corriendo”, rememora Ana. Varias personas anotaron el número de la matrícula y aportaron datos sobre el automóvil en cuestión. La Policía Local no tuvo problemas para identificar al dueño del vehículo prácticamente desde el primer momento. Cuando fueron a buscarlo, no se encontraba en su casa. Al parecer, se había marchado a un pueblo cercano. Durante las horas posteriores a los hechos, los agentes estuvieron “negociando” su entrega a través de varias conversaciones telefónicas. Finalmente, Alejandro S. acudió a la Jefatura de la Policía Local casi quince horas después del atropello. Asumió su culpa, pero dijo que fue un accidente. En concreto, relató que iba fumando, que se le cayó el cigarrillo y que, al recogerlo, se despistó y se llevó por delante a las mujeres. Dio positivo en drogas, en concreto, en “cannabis”. “Estoy muy arrepentido y solo quiero que esas mujeres se pongan bien lo antes posible y que esto se termine ya”, dijo Alejandro S. a varias televisiones que lo esperaban en la puerta de la Jefatura. Tras instruir las diligencias, la Policía Local le imputó dos cargos: un delito de conducción temeraria y otro contra la seguridad vial. A pesar de eso, quedó en libertad a la espera de ser llamado por la autoridad judicial: “Yo eso lo veo muy mal, fatal. No puede ser que haga lo que hizo, que nos atropellara y se diera a la fuga y no pase nada”, asegura Ana Serrano. “Lo que más nos duele es que ni tan siquiera se parara para ver lo que había pasado. Es algo que no se puede consentir”, concluye la mujer.