Expertos dudan de que las piezas sean buenas
Un informe preliminar no certifica la autenticidad de las placas con inscripciones íberas y del decadracma griego
El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén, Miguel Sánchez-Gasca, ya tiene sobre su mesa el informe de los expertos de la Delegación de Cultura sobre los restos arqueológicos incautados por la Guardia Civil a los seis detenidos en el marco de la operación “Alfaíbero”. Los dos técnicos designados por la Junta tienen “muchas dudas” sobre la autenticidad de las piezas, en especial sobre las tablillas de plomo con escritura íbera. Todos los indicios apuntan a que puedan ser falsificaciones hechas para engañar a posibles compradores. El estudio, a pesar de ser preliminar, está firmado por dos de los mayores especialistas en la materia de la provincia: Marcelo Castro, director del Conjunto Arqueológico de Cástulo, y Concepción Choclán, directora del Museo de Arte Íbero de Jaén. Los dos especialistas han realizado un primer peritaje de las 748 piezas incautadas por la Guardia Civil el pasado mes de octubre. Y la conclusión a la que han llegado es que tienen muchas dudas sobre su autencidad. No obstante, no es una decisión definitiva. De hecho, proponen al juez que los objetos sean analizados por otros estudiosos, para que la valoración sea más completa. En este sentido, aportan incluso el nombre del especialista que debe inspeccionar cada uno de los restos arqueológicos.
Las tablillas de plomo con inscripciones íberas habían despertado un enorme interés. Se trata de tres láminas de metal, de pequeñas dimensiones y en las que se pueden apreciar unas grafías que podrían ser íberas. De ser auténticas sería un hallazgo extraordinario, pues se conocen muy pocos ejemplos de este tipo de escritura. Hay que recordar que la Guardia Civil puso en marcha esta investigación después de detectar que un vecino de la capital quería vender uno de estos objetos en un portal de internet especializado en “mover” objetos antiguos procedentes de yacimientos. Otra de las piezas que llamó la atención fue una plancha con inscripciones romanas, así como un decadracma griego del siglo V antes de Cristo y una figura metálica del dios Fauno, datada entre los siglos I y III después de nuestra era.
Cabía la posibilidad de que todos esos restos fueran falsificaciones, obras hechas a medida para engañar a incautos que piquen el anzuelo. Los investigadores de la Comandancia ya detectaron algunas copias y así los hicieron constar cuando presentaron la operación, el pasado 3 de noviembre. De hecho, se sabía que algunos de los detenidos por la Guardia Civil tenían los conocimientos necesarios para hacer réplicas e, incluso, llegaban a enterrarlos durante meses para darles la apariencia necesaria. Por eso, desde el principio de la investigación, había muchas dudas. Para disiparlas, el juez encargó un peritaje a Cultura. Los técnicos solo pueden certificar la autenticidad de una pequeña parte de las monedas incautadas. Sobre las demás piezas tienen muchas dudas.
¿Cómo afectará esto a la causa judicial abierta? En principio, habrá que esperar los resultados de los nuevos informes encargados por el magistrado Sánchez-Gasca. Si, finalmente, los expertos designados certifican que son falsificaciones, será muy difícil mantener los cargos contra los detenidos por un delito contra el patrimonio histórico. Si se demuestra que querían vender algunas de esas copias, sí se les podría acusar de estafa.