Fernando Ónega evoca el amor hacia las boticas
El periodista pregona el centenario con un canto romántico que apela a la relación entre profesional y paciente
El periodista Fernando Ónega pregonó el centenario con un canto de amor a las farmacias. Comenzó narrando su pasión y hasta pensamientos eróticos hacia María Luisa, la farmacéutica de su pueblo —Mosteiro—. Luego, ensalzó los valores de estos profesionales, como su labor constante por mantener su buena imagen, su apuesta por dar un servicio público esencial y el trabajo para ser educadores sanitarios en tiempos en el que se acude a la farmacia para poder estudiar más, para estar más moreno o para ser más fuerte. Habló de la regulación de los precios y hasta de la capacidad para descifrar la letra en las complicadas recetas de los médicos. Tampoco se olvidó de resaltar su prestigio social: “Cualquier comerciante regenta en una parafarmacia, pero pocas personas están cualificadas para estar en una farmacia”, afirmó. Además, concluyó: “No sé si cuando una persona acude a la farmacia se agarra a la esperanza o a la ciencia. En definitiva, es una relación de confianza entre paciente y farmacéutico, es decir, una historia de amor”.
El presidente de la Asociación para la Promoción de la Asistencia Farmacéutica, Félix Puebla Linares, fue el encargado de presentar a Fernando Ónega. Exhibió raíces jiennenses y su pasión por la Virgen de la Cabeza antes de destacar los logros de los profesionales y expresar su compromiso para participar en más actos del centenario del Colegio de Jaén.