Funcionarios logran abortar el intento de fuga de un recluso

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias investiga el intento de fuga protagonizado por un recluso de la cárcel de Jaén el pasado 15 de noviembre. Los sistemas de seguridad funcionaron a la perfección y la escapada fue abortada por los funcionarios. No obstante, el recluso llegó a saltar uno de los dos muros que protegen el recinto carcelario, tras escalar unos seis metros de altura. El interno, de origen marroquí, ya ha sido trasladado a otra prisión.

Diversas fuentes consultadas por Diario JAÉN explican que los hechos ocurrieron sobre las dos y diez de la tarde, cuando el recluso salió al patio desde el Módulo de Enfermería. Al parecer, aprovechó un descuido de los vigilantes para encaramarse por la pared de hormigón desde uno de los aparatos de aire acondicionado. Tras llegar arriba, esquivó los pinchos de la concertina sin cortarse y dio un brinco hasta el foso. Milagrosamente, salió ileso de ese salto, de más de seis metros.

No obstante, al pisar el suelo, los sensores de movimiento detectaron su presencia. Para entonces, los funcionarios que custodiaban el Módulo de Enfermería ya estaban buscándolo. Gracias al aviso de los sistemas de seguridad llegaron hasta el lugar varios vigilantes y los agentes de la Guardia Civil. De esta forma, lograron abortar el intento de fuga de este recluso antes de que intentara escalar un segundo muro, también de seis metros de altura, que es el último obstáculo antes de llegar a la calle.

Se da la circunstancia de que ese mismo preso, que estaba de paso en el Centro Penitenciario de Jaén, había protagonizado otra tentativa días antes. En concreto, mientras estaba recluido en el Módulo de Enfermería, quiso escaparse introduciendo su cuerpo a través de los barrotes de una de las ventanas. Los funcionarios lo cogieron cuando ya había logrado colar la cabeza. Desde ahí, hubiera llegado a uno de los tejados del edificio.

Tras ese intento, el interno fue enviado a aislamiento. No obstante, debido a que tenía un problema de salud, lo trasladaron otra vez al Módulo de Enfermería. Fue cuando casi logra escaparse. El recluso levantó las sospechas de los funcionarios desde el primer día que llegó al Centro Penitenciario de Jaén. Su conducta no era normal: “No hacía nada más que mirar los muros”, asegura uno de los trabajadores del centro. De hecho, se hicieron informes antes de ese 15 de noviembre, tal y como explican las mismas fuentes.

El Centro Penitenciario de Jaén fue inaugurado en 1991. La única fuga se produjo ocho años después, cuando Enrique Cornejo logró escapar saltando los dos muros. Lo hizo siguiendo una ruta muy similar a la utilizada por el recluso marroquí. Solo estuvo fuera unas horas. La Policía lo encontró en el fondo de una piscina vacía en el Puente de la Sierra, donde sus padres tenían un chalé.